Deláture

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martes, 29 de octubre de 2013

Buscando un Estado Mental Especial



En el club de ajedrez El Rey, un espacio creado para el disfrute del juego, José Ignacio Rengifo, el fundador y jugador del club, ha decidido hacer un libro de ajedrez. Una idea concebida por largos años. Hoy me propuso leer el texto. Debo confesar que el autor es una persona que causa irascibilidad, así me lo han manifestado, por cierta suficiencia que manifiesta en su actitud. Lo considero un personaje genuino, un verdadero amante de Caissa. Esta Dríade o ninfa, Caissa, fue creada en un poema escrito en 1763, en latín, por Sir William Jones. En la Wikipedia se puede encontrar una versión en inglés del poema. Garry Kasparov acostumbra decir: "Caissa estuvo conmigo" cuando tenía la fortuna de ganar. Yo en cambio, estoy inclinado no al misterio sino al trabajo. Miguel Tal escribió: "Al igual que todas las diosas mitológicas, ésta también exige sus sacrificios”. Ese es el secreto del juego. Cortázar señaló que el juego le agradaba, pero que demandaba mucho tiempo, por fortuna se quedó con la literatura. Confieso que el juego es una actividad cognitiva que te lleva a un estado mental especial. Estas tan sustraído del mundo, que la ausencia se compensa con el encuentro contigo mismo. Considero que esa desconexión de la realidad es adictiva. Pero también tengo la misma percepción con la actividad de la lectura y la escritura, es más, una propuesta mental como un origami o arreglar un jardín, llevan a un estado superior nuestro propio encuentro. Otra alternativa para motivar mi intención de escribir, es asistir al taller de literatura de la Biblioteca Darío Echandía. Me considero afortunado por participar del dialogo y actividad propuesta por Martha Fajardo. Este espacio es un espacio para buscar iluminación. A pesar de que puedes llegar con una actitud opaca, selvática o enmarañada, encuentras razones para no dejar de escribir. Podría afirmar que esta actividad, la de escribir un blog, es una caricia a las emociones, pan para el intelecto y agua fresca a mi abatida voluntad. Esta noche me doy cuenta, que puedo dejar un grano de arena más en la playa. Uno que alguien podrá recoger de la solitaria duna,  donde pulidos por el viento hacemos el paisaje con los demás. Una imagen que no se va a morir del todo, porque he escrito al viento, porque hoy me brindo un cuadro de personas y cosas que estimo, uno que quiero seguir bordando.

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