Deláture

Deláture

miércoles, 20 de noviembre de 2013

Primer Rescate en el Ejercicio del Blog

Este es un primer rescate en el ejercicio del blog. Hace rato no escribo para mi blog.  Una desatención para conmigo que es imperdonable. He estado distraído con actividades de una cátedra de ajedrez para profesores de colegio. Cultura ajedrecística se llama el proyecto. Es increíble la cantidad de profesores que desconocen el ajedrez. Siempre pensé que era un conocimiento general, tal vez porque en mi infancia aprendía a jugarlo a temprana edad. Hoy frente a setenta profesores ante la pregunta ¿Quiénes saben jugar ajedrez? Sólo cuatro manos se levantaron. Aunque el propósito del proyecto es la transversalidad para enseñar otra área del conocimiento, el juego trae sus bondades. Bondades que no serán objeto de este pasaje del blog, pero que me resulta insólito que el juego sea tan desconocido. Si alguna idea me resultó del proceso, es que se puede hacer más llevándolo a la universidad, donde los estudiantes, futuros licenciados, aprendan y se difunda con más efectividad y prontitud.  Pero el día pasó por el espacio de la instantería, una tertulia alrededor de la literatura. Hoy la instanteria el tema fue leer en voz alta, la verdad sólo rescato que me den un impulso para escribir nuevamente, rescatar el olvidado egotorio. 

En la noche tuve tres llamadas seguidas y de consultas varias. Creo que la información que manejamos en la actualidad es muy diversa. La primera llamada, una amiga, fue para preguntarme si yo sabía cómo era la secuencia del código de barras. Elizabeth. Una pregunta que respondía a su trabajo, pero me sorprendió no recordar el tema, pero aún más me sorprende que ese tema no pudiese estar claro en la internet.  Lamentablemente no pude aportar una solución. Recordé que ahora está el código QR. El cuadradito que tiene cuadraditos al interior y su lectura se hace tanto horizontal como vertical. Una lectura en matriz, una idea de avance que se le escapó a medio mundo, ahí me dije, hasta yo puede ver esa posibilidad en su momento, pero la genialidad está en la sencillez. Esta es una reflexión sobre nuestra ceguera a oportunidades que  cuando se muestra son ¡tan evidentes!. Habiendo estudiado sobre el tema, a uno no se le ocurre esas vainas. Lo que me dejó inquieto es que la forma en que llevamos la información, de trazabilidad para el caso, ha cambiado de manera tan rápida, que ya espero la lectura en 3d. Parece que estoy envejeciendo a la velocidad de la tecnología. 

La segunda llamada, otra amiga, me pone You Know I’m No Good, de Amy Wine House, que hoy vio en la internet a Roger Moore, que Amy tenía razón, que ese si es un tipo elegante, que debió ser también el sex-symbol de su abuelita, que le da pereza ver una película y que se conforma con los cortos de youtube. Me sentí viejo hoy, y me imaginé viejo ayer. Ayer me preguntó por Moore cuando me traducía una canción. Le hablé del flamante 007, ella no le vio nada de inglés al nuevo Bond, Daniel Craig, yo sólo le respondía por el agente que le gustaba a Amy. Me pareció interesante como un nombre suelto en una canción, rescata de la tumba a un actor que desconoce una generación, y más aún cuando la cantante que lo menciona ha fallecido. 

La tercera llamada es por un mp3 extraviado, un dispositivo de audio que se esfumó. Una llamada breve por saber si yo tenía el aparato. Pero un niño acompañaba una amiga cuando respondí la llamada. En la conversación salió lo del mp3, el pequeño sorprendido me pregunta ¿Cómo se puede perder un mp3 si es una canción?. Para él, mp3 es un archivo. Y tiene razón, pero al explicarle el sólo conocía los teléfonos móviles o el computador. Luego, mi amiga le dijo que eso era un aparato viejo. Yo me sentí viejo de nuevo, y en defensa de los dispositivos mp3 dije que son populares todavía ¿cómo va a ser viejo un mp3 ya?.  

Al final del día, una aromática de frutas con la Sujeta, otra amiga, misma generación e igual sintonía. Hablar de familia, de proyectos, de vacaciones. Temas que no cuestionaron por un momento mi longevidad.  Pero ahora que escribo me digo, ¿esos temas no son de viejos?

miércoles, 6 de noviembre de 2013

Onerat Discentem Turba, Non Instruit

Llegué tarde a enfrentar mi página en blanco para el blog. Así que tomé unas frases de Historia del cerco de Lisboa, es decir, dejo unas frases de Saramago, y un párrafo del mismo autor sobre los errores según Bacon, en su Novum Organum.

“Y es que no hay nada que más fatigue a las personas que la observancia rigurosa de los principios, que antes de que la carne ceda ya flaqueó el espíritu” Saramago.

“Se duda, por ejemplo, aunque sea siempre cosa de buena prudencia dudar de la propia duda” Saramago.

“Divide él los errores en cuatro categorías, a saber idola tribus, o errores de la naturaleza humana, idola specus, o errores individuales, idola fori, o errores del lenguaje, y finalmente idola theatri, o errores de los sistemas. Resultan ellos, en el primer caso, de la imperfección de los sentidos, de la influencia de los prejuicios y pasiones, del hábito de juzgarlo todo según ideas adquiridas, de nuestra insaciable curiosidad a pesar de los límites impuestos a nuestro espíritu, de la inclinación  que nos lleva a encontrar más analogías de las que realmente hay entre las cosas. En el segundo caso, la fuente de los errores viene de la diferencia entre los espíritus, unos que se pierden en los pormenores, otros en vastas generalizaciones, y también de la predilección que sentimos por ciertas ciencias, lo que nos inclina a querer reducirlo todo a ellas. En cuanto al tercer caso, el de los errores del leguaje, el mal está en que muchas veces las palabras no tienen sentido, o lo tienen indeterminado, o pueden ser tomadas en acepciones diversas, y, finalmente, cuarto caso, son tantos los errores de los sistemas que no acabaríamos nunca si empezáramos a enumerarlos aquí. Válgase, pues, el corrector de este catálogo y prosperará, y sírvase también de los beneficios de aquella sentencia de Séneca, reticente como a los días de hoy conviene, Onerat discentem turba, non instruit, máxima lapidaria que la madre del corrector, hace muchos años, y sin saber latín y poquísimo de su lengua propia, traducía con natural escepticismo, Cuanto más lees, menos sabes”.


martes, 5 de noviembre de 2013

Ubicación



Me parece una coincidencia estar leyendo Historia del Cerco de Lisboa y que me llegue un correo con la oración de adhan. Como si llegara el canto del muecín desde el otro extremo del planeta. El almuédano llamando a todos para inclinarse hacia la qibla, la dirección de la meca. Como si la humanidad necesitara de la coalescencia en una sola oración. Todos emanando energía hacia la Kaaba, el poliedro negro, que parece guardar relación con otro eje de la tierra, uno que fuera perpendicular al eje de rotación. Uno que habla de la misericordia de Dios, de la gracia de Dios, que Alah es grande. Si a mí me hubiera tocado el Islam por religión estaría perdido. No por la doctrina, sino porque a duras penas con una brújula daría con la qibla. Debo confesar que como siempre he vivido entre montañas, siempre me guío con ellas para ubicarme, o si no me ubico con una construcción sobresaliente. Me parece largo el procedimiento de imaginar por donde sale el sol, para luego buscar la perpendicular y encontrar por ejemplo el sur. Si logro ubicarme y luego realizo un movimiento, dos minutos más tarde estoy desubicado, tengo que realizar el mismo procedimiento. Este conocimiento se pierde entre generaciones. Estoy seguro de que mis abuelos, o los abuelos de mis abuelos, o ancestros muy en el pasado, tenían la facultad de ubicar la estrella del norte con facilidad, o con sólo ver las constelaciones sabrían si es noviembre o diciembre. Esos saberes que eran útiles para la cotidianidad se han perdido. Me imagino que hoy por hoy, una aplicación en el celular o la tablet soluciona el problema de la qibla, pero son estos pequeños detalles de conocimiento que parece sacrificamos con la tecnología. Tal vez por ser colombiano, es que conozco el almanaque Bristol. Podría decir que es una aplicación vetusta, aclarando que es un texto, para saber de nuestros astros y nuestra relación con ellos. Sé que para un citadino no es importante saber cuándo es el tiempo de pesca, o el de siembra, o cuando cortar la guadua, pero ese conocimiento parece diluirse entre saberes campesinos. Pero lo más triste aun, es que no conozco historias que logren perpetuar estos saberes. Puede ser que no haya indagado sobre el tema, pero como tampoco soy antropólogo, no puedo asegurar que no existan. Me gustaría escuchar un cuento, colombiano desde luego, que contenga algunos secretos codificados que sean herramientas en los quehaceres del campo. Espero que al plasmar este interés alguien me tome por sorpresa y me narre una historia que encripte saberes perdidos. Hace algunos días conocí una aplicación que te mostraba las constelaciones, sin importar si es de día, con tal practicidad que podías ponerla frente a ti, con el horizonte detrás, y veías las posiciones celestes. Incluso si la ponías contra el suelo, podías ver las constelaciones que verían en su firmamento quien estuviese en el extremo opuesto del globo terráqueo. Creo que perder la antigua devoción por los astros, ha hecho que perdamos nuestra perspectiva como seres de un pequeño planeta. Como si se perdiera el respeto de la casa por conocer sus límites.

lunes, 4 de noviembre de 2013

Toma Un Poema y Compártelo

Te decían: toma un poema y mejóralo. Te demorabas buscándolo, escogiéndolo, sintiéndolo y luego aparecía otro, como una flor o un insecto nuca visto. Toma un poema y mejóralo. Ante la imposibilidad de adoptarlo abandonas el canto ajeno. Seguro de que hallarías sosiego, creas el tuyo. Lo crees dentro. Entonces el mundo se viene encima. El peso de darle alas a tus palabras no es satisfactorio. Sólo cuando las encuentras piensas en meterlas en tu corazón.  Empieza la incertidumbre de saber si eres tú. Ves la fogata con detenimiento. El ascender vertiginoso de las cenizas eleva tu mirada al firmamento. Te das cuenta como palidecen las cenizas y te quedas con las estrellas. Deseas crear una fogata que destelle en otros planetas. Sabes que esto no es posible. Deseas quitar toda soberbia, pero ella se irradia, creyendo que das calor a los calados huesos que te acompañan en la playa. Te das cuenta que has hablado antes de tiempo. Se caminó un paso a la vez, creyendo perder por hoy. El camino es ahora más envejecido. Tu sendero está marcado.  Sólo si te propones desasosegar, darás otro paso. Con más dudas, la senda hace bombear más tu corazón. No quieres sucumbir al compromiso. A tus personas, los palaciegos de tu juicio y los esclavos de tu vesania, brindo estas palabras por viajar conmigo. Pueden ser fragantes magnolias que saben a carne quemada. O serán cosecha amarga del vino en el cenáculo de Cristo. Que será la inocencia recluida en un baño en la cárcel de menores. Sólo espero de los demás energía para la diferencia. Que entiendas que porque me explico es que debes desconfiar de mi experiencia. Que mi prescindibilidad sea tan vana como la de seguir leyendo. Que lleves duelo si no has escuchado un discurso así.  No soy filósofo porque no pienso mucho en un sentido definitivo, sólo me dejo llevar, a veces me inclino como una espiga ante el viento. Ya se me acabaron las excusas a mi falta de voluntad. Ojalá una de estas palabras sea bálsamo, esperanza o coraje, tres posibilidades que puedes estar buscando. Frente a la muerte el poder se desvanece, frente a la vida, el insaciable dolor tantálico, el masoquismo existencial. El deseo de acércame de la lejanía para ser accesible, para ser cercano, tan próximo que se pueda latir en un solo corazón. Que el sopor de esta lectura tenga un fin, que sea ambicioso, que motive un paso en el combate permanente, que transforme el mundo. Toma un poema y compártelo.


Compartiendo:

PLATÓN O EL PORQUÉ (Wislawa Szymborska)

Por oscuros motivos,
en desconocidas circunstancias
el Ser Ideal ha dejado de bastarse a sí mismo.

Podría haber durado y durado, sin fin,
hecho de la oscuridad, forjado de la claridad
en sus somnolientos jardines sobre el mundo.

¿Para qué diablos habrá empezado a buscar emociones
en la mala compañía de la materia?

¿Para qué necesita imitadores
torpes, gafes,
sin vistas a la eternidad?

¿Cojeante sabiduría
con una espina clavada en el talón?
¿Desgarrada armonía
por agitadas aguas?
¿Belleza
con desagradables intestinos en su interior
y Bondad
-para qué con sombra,
si antes no tenía-?

Ha tenido que haber algún motivo
por pequeño que aparentemente sea,
pero ni siquiera la Verdad Desnuda lo revelará
ocupada en controlar
el vestuario terrenal.

Y para colmo, esos horribles poetas, Platón,
virutas de las estatuas esparcidas por la brisa,
residuos del gran Silencio en las alturas...

WISLAWA SZYMBORSKA

(Traducción de Gerardo Beltrán Y Abel A. Murcia Soriano)

domingo, 3 de noviembre de 2013

Cumpleaños de Mi Tía



Vientos de antaño soplaban a través de las palmas. Girardot no es ya el pueblo en que pase mi infancia. El día fue largo, salimos a las 4:00 pm, al cumpleaños de mi tía Amparo. Celebramos en una casa del barrio la magdalena. Estaban todos. La brisa alzó alondras en todo corazón. Hace tiempo no bailaba. La música que le gustaba a mi madre sonó a intervalos. Salsipuedes, Carmen de Bolívar, Caprichito y otros temas de Lucho Bermúdez, unos boleros y recuerdo también algún tema de José Feliciano. Todos siguiendo el rio. Hubo hasta trencito. Los niños por todos lados, como sintonizando el caos. Gente que viene, gente que va. Los meseros surtiendo bebidas con suprema diligencia. Los niños querían desafiar a los padres saliendo a rodear la piscina. Los boleros brillaron como luciérnagas. Todos hablaban poniendo al día sus noticias. El espejo de agua de la piscina se erizó como piel de gallina con la briza. El hombre en todas las edades es un niño. Los mariachis llegaron con una tonada fuerte, que una vez terminada se tomaron tanto tiempo en conectar y ensamblar equipos que, pensamos se les había olvidado las canciones. El novio de mi prima Margarita cantó. El árbol de caucho majestuoso se mecía. En una sola mesa estaba todo el otoño del Magdalena. Una estrella fugaz despertó el ladrido de un perro. Sirvieron comida, lasaña, ensalada y arroz con nueces. La calma se asienta cuando los niños comen. Los meseros abandonan su devoción al servicio. Todos se levantan ayudar, traer, llevar, surtir. Los camareros acertaron en el momento justo para exhibir su ausencia. Luego, vuelvo a ser raptado para ser pareja de baile. Cuatro canciones más, y soy escolta por unos minutos, acompañando a tomar taxi. Más tarde camino con mi primo Fernando José a dejar a mi tío Gerardo en casa.  Me devuelvo a despedirme. Abordamos el carro nuevamente, mi hermano, su novia y mi padre. Al llegar a Ibagué parece hacer frío.

viernes, 1 de noviembre de 2013

B.



Hay noticias que te lastiman porque encuentras hostil la realidad que compartes. Pero hay noticias que hurgan en tu vida. Que te preguntas, ¿Qué pasó? Que fue de los días felices de amigos. Que fue de las historias de músicos foráneos. Esas que se narraban con la devoción de mostrar que se conocía de música, como si pudieras llevártela en tu bolsillo y escucharla con celo sin que el otro supiera de ese placer reservado a los dioses. Que se tenía un tesoro a la luz de todos, al alcance de cualquiera, pero esa música sólo tenía un amante celoso. Que fue del tiempo cuando la vida era hermosa. Cuando te ufanabas de saber más de esa música, tu música. Recoger recuerdos gratos y ver hoy una pena tan densa, tanta desdicha para una familia. Que pasó con pasar horas fluyendo bajo la energía yuxtapuesta de Floyd Council y Pink Anderson. Ahora, se recogen las hojas muertas con un rastrillo, las penas y los recuerdos también, entre la hojarasca seca, se pueden ver surcos de trinos y de aves en vuelo, se puede oler la primavera pasada. Un amigo en la cárcel, no me imagino un escenario peor. Recuerdo caminar en Bogotá, en las noches frías, cuando la ciudad giraba sobre sí misma, cuando clamábamos justicia por las bombas que ponían al azar, estruendos de la mafia en una convulsionada nación, cuando las niñas que dormían entre felpudos no daban ni para hablar, que sólo Paulina Porizkova divaga en el discurso. Hablamos del telón de acero y lo vimos caer en su último acto. Repaso que íbamos de casa en casa caminando atravesando Unicentro. Que escuchamos el grito de U2 desde Dublín. Que bastaba una radio o un televisor para cargar ideas y seguir hablando. Que salir a merendar comidas rápidas tenía el éter del cenáculo. Que el silbido de los vientos de cambio tenía sentido y el río Moscova desembocaba en el Magdalena. El futuro estaba en el aire y lo podías sentir en todos lados. Que te avisaban de las espinas en las rosas y estábamos locos por punzarnos. Que escuchábamos al DJ decir que el amor que fácil viene y fácil se va. Que como una premonición el grupo tenía su etiqueta: Poison, y sabíamos que beberíamos del brebaje. 

En la vida se toman caminos separados. Hace rato no sabía de la suerte de B. La aflicción de saber tal sombra me recuerda lo afortunado que soy. Espero que la condición de su proceso cambie. Si una frase puede hacer enfrentar con más valor ese tormento, entones: Fuerza viejo, ¡Fuerza!

miércoles, 30 de octubre de 2013

El Poeta No Tiene Título



Siempre que me siento a colgar algo en mi blog, me es difícil la primera frase. Pues ya está escrita. Así que puedo seguir. Me resulto urdidora una pregunta que me hicieron hoy. Ante una frase suelta que solté, me cuestionan por el significado. En una conversación donde el tema subrepticio era la paciencia, atiné a decir: “el diablo sólo tiene que esperar a que todos lleguen al infierno”. Una oración que me resultó adecuada para el tema, pero que me pidieran explicar eso, me pareció desafortunado. Es como si alguien se pusiera a explicar un poema, la verdad, me parece un maltrato a la imagen. Aunque confieso que tener en cuenta el contexto cultural, social y filosófico del autor y la obra, te dan más agudeza al percibir la imagen, tal vez siempre será necesario el contexto para degustarla.   No sé porque recibe uno esas preguntas. El texto, así sea oral, si se le exige una operación de comprensión estará influenciada, viciada, a lo mejor el encuentro era mejor sin esa previsión. Es bueno leerlo por causalidad, pero sentirlo por casualidad genera otra percepción. Me es difícil expresarme en este tema, el del trascender de las palabras. No creo que con esto diga algo que no haya sido abordado por los expertos. Estoy seguro que si releo el Arco y la Lira de Octavio Paz volveré a revisar otras miradas. Este es otro libro infinito. Así llamo a los libros que puedes releer y encontrar de nuevo algo que pasó desapercibido.  Hoy el grupo de la Instantería habló de Roald Dalh. Me dejó sorprendido que yo haya visto tantas películas basadas en la obra de este autor, y no haya leído una sola. Tengo que admitirlo, la obra ha influenciado a generaciones. Después del almuerzo me encontré con un conocido que escribe poesía. Por respeto a lo que hablamos no lo llamo poeta. Es escéptico ante su producción, pero yo diría que es sobre sí mismo. Yo igual que él tampoco reconozco sus virtudes, y más nos inclinamos en manifestar vicios propios. Hay un generalizado tema presente en este tiempo y lugar, así me lo parece, es un reconocimiento interior por nuestros vicios y no por las virtudes. Todo parece ser un truco de impacto. Lo cierto es que le pregunté si era capaz de decir que es poeta, me dijo que no, que el trato sería excluyente, que el paradigma actual no le brindaría oportunidades si dice que ese es su oficio. Lo invité al taller de poesía el viernes en la Biblioteca Darío Echandía. La conversación me puso a pensar sobre el oficio. El poeta no tiene título. Y yo, la verdad desconfiaría si alguien aparece con alguno. Pero revisando lo que hablamos, yo sólo llamaría poeta, al que dejó esa sensación de plenitud, al que regaló un texto como quien te regala una escafandra, una con el equipo necesario para sumergirte en tu propia existencia. Es así como lo siento ahora. Pero creo estar seguro de algo, es que todos “los poetas”, se sientan frente al papel a dejar un ejercicio de creación, que si llega el caso, dejaran que se publique o por lo menos intentarán hacerlo, y aunque lo dejen al viento, esperaran que por un instante haga en él lo que otro texto hizo, así se desvanezca, así no recuerde las palabras de ese encuentro. 

martes, 29 de octubre de 2013

Buscando un Estado Mental Especial



En el club de ajedrez El Rey, un espacio creado para el disfrute del juego, José Ignacio Rengifo, el fundador y jugador del club, ha decidido hacer un libro de ajedrez. Una idea concebida por largos años. Hoy me propuso leer el texto. Debo confesar que el autor es una persona que causa irascibilidad, así me lo han manifestado, por cierta suficiencia que manifiesta en su actitud. Lo considero un personaje genuino, un verdadero amante de Caissa. Esta Dríade o ninfa, Caissa, fue creada en un poema escrito en 1763, en latín, por Sir William Jones. En la Wikipedia se puede encontrar una versión en inglés del poema. Garry Kasparov acostumbra decir: "Caissa estuvo conmigo" cuando tenía la fortuna de ganar. Yo en cambio, estoy inclinado no al misterio sino al trabajo. Miguel Tal escribió: "Al igual que todas las diosas mitológicas, ésta también exige sus sacrificios”. Ese es el secreto del juego. Cortázar señaló que el juego le agradaba, pero que demandaba mucho tiempo, por fortuna se quedó con la literatura. Confieso que el juego es una actividad cognitiva que te lleva a un estado mental especial. Estas tan sustraído del mundo, que la ausencia se compensa con el encuentro contigo mismo. Considero que esa desconexión de la realidad es adictiva. Pero también tengo la misma percepción con la actividad de la lectura y la escritura, es más, una propuesta mental como un origami o arreglar un jardín, llevan a un estado superior nuestro propio encuentro. Otra alternativa para motivar mi intención de escribir, es asistir al taller de literatura de la Biblioteca Darío Echandía. Me considero afortunado por participar del dialogo y actividad propuesta por Martha Fajardo. Este espacio es un espacio para buscar iluminación. A pesar de que puedes llegar con una actitud opaca, selvática o enmarañada, encuentras razones para no dejar de escribir. Podría afirmar que esta actividad, la de escribir un blog, es una caricia a las emociones, pan para el intelecto y agua fresca a mi abatida voluntad. Esta noche me doy cuenta, que puedo dejar un grano de arena más en la playa. Uno que alguien podrá recoger de la solitaria duna,  donde pulidos por el viento hacemos el paisaje con los demás. Una imagen que no se va a morir del todo, porque he escrito al viento, porque hoy me brindo un cuadro de personas y cosas que estimo, uno que quiero seguir bordando.

domingo, 27 de octubre de 2013

Colección de Textos



Me estoy robando una frase de un francés, unas palabras sueltas que podrían ser otro buen argumento para escribir. La verdad no recuerdo con exactitud la frase pero podría ser esta: “Narrar es cuestión de sobrevivencia como lo fue para Sherezada”. Sí, es verdad, escribir puede convertirse en eso. Ayer estuve con Alfonso Duran, Rafael Feria y su amigo Fito. Alfonso sacó de su bolso una libreta de anotaciones. Nos la entregó diciendo que debíamos escribir, dibujar o garabatear en ella. Cuando la recibí, me di cuenta de que eran ya varias personas las que dejaron plasmadas palabras y dibujos en ella. En un breve rato me di cuenta de que no era la única libreta que cargaba. Yo había tomado la que estaba llena. Había pasado el tiempo leyendo y hojeándola. Alfonso señaló el dibujo de Rafael, uno realizado con anterioridad.  Yo no pude dejar ni una sola palabra o mamarracho en la libreta. Al final terminamos hablando y la libreta con hojas disponibles no llegó a mí, o si llegó me distraje leyendo y mirando. Me agradó ese acto de guardar recuerdos de la gente en las hojas de una pequeña libreta. Como queriendo llevarse el Zeitgeist de su gente en textos trazados por ellos mismos. Todavía tengo curiosidad del propósito de esta colección. Alfonso sólo mencionó que era para leer en privado, para buscar que escribir. Tal vez esté equivocado al calificarlo con el espíritu del tiempo, tal vez no sea tan Hegeliana la idea, pero se puede entender como el Volksgeist o espíritu del pueblo, o por lo menos de aquel del cual se tiene contacto directo. Utilizo estas palabras que considero son cada vez más de uso común. Esta recopilación me recordó la de otra persona. Otra que no recuerdo el nombre. Sólo sé que nos saludamos y de vez en cuando hablamos en la calles de Ibagué. Él, tiene una recopilación de cadáveres exquisitos, o mejor llamados: poemas al alimón o quebrantahuesos, esos textos hechos en grupo, pero que pueden ser dibujos u otras expresiones artísticas. De cualquier forma, la recopilación de este personaje es singular, por realizar con frecuencia esta labor con diferentes grupos. Alguna vez hablamos de una exposición. Yo todavía estoy a la espera de tal acontecimiento. Hoy indagué sobre estas técnicas y hay muchos ejemplos en la red con dibujos, música, teatro, cine y textos. Obras que llevan una carga anímica misteriosa. Como si la sinergia llevara un espíritu emancipador del clan que lo hizo. Lo que me parece curioso del trabajo que vi de Alfonso, es una tendencia tanatica. Encontré poca evidencia de una inclinación erótica. Me da la impresión de que muchos dejan plasmado su dolor tantálico, a su estilo, pero preocupados como Kant, de su existencia y filosofía de vida por entender la filosofía.

sábado, 26 de octubre de 2013

Un Verbo Específico



Al amanecer el autobús matraqueaba como si estuviese moribundo. A pesar de ser ruidoso, es el sonido cíclico el que te adormece. Como si tuvieras una serenata industrial que sustituye a los sedantes.  Fui a buscar a un trabajador al sur de la ciudad. Era un pintor que dejó algunas paredes sin retoque en la casa. Llevaba un libro que compré de segunda en el parque Galarza. Pero me quedé leyendo el paisaje verde de la cordillera. Cada bandazo, sacudida, me despertaba del trance. Sé que este estado es un lugar común. Sé que a todos nos ha pasado. Sé que todos estamos meditando, cavilando, discurriendo, fluyendo. Lo que no entiendo es porque no se le ha creado un verbo, uno que signifique que estas en un vehículo, que por el desplazamiento, por el vibrar cíclico que percibes del movimiento, por el paisaje cambiante, por apreciar el cambio de posición en un tiempo superior al de tu capacidad motriz, estas en la frontera del mundo de tus sueños. Por sentir eso, no hay un verbo específico. Una sola palabra que en su conjugación te de la idea de esa meditación casi obligaría, como si fuese la ley de gravedad, que te lleva a un encuentro con lo absoluto, contigo mismo. Algunas veces he pagado a un taxi para que a la azarosa voluntad de chofer me lleve hasta gastar un monto fijo de dinero. Un paseo en el que dejo un sitio final de llegada, pero dejo a disposición del taxista en que rutas retorcidas y extensas me va gastar mi dinero. Prefiero esto con auriculares y música propia. He recibido algunas malas caras porque solicito no ser distraído hasta cumplir con el trato. Muchos quieren hablar con el cliente, como si fuese parte del contrato de utilizar un taxi. A veces no estoy seguro de que quiero con este desplazamiento, lo cierto es que busco la sensación a la que no le encuentro el verbo. Alguna vez realicé esto en un autobús. Pero terminé en un extremo de la ciudad muy tarde en la noche. Era la última parada y muy tarde en la noche. El chofer se levantó de su silla y yo todavía estaba  mirando a través de la ventana. Me despertó anunciando que era el final de su ruta. Me bajé preocupado por estar tan lejos de casa. Afortunadamente el paraje no parecía mostrar peligro. Lo curioso es la seguridad que brinda el vehículo. Cuando te dejas llevar por ese momento no hay peligro. Dos veces lo he realizado solicitado silencio, sin escuchar música, dejándome caer en ese onírico espacio, donde tu personal confluencia te da una sensación de levedad completa.

Un Pingüino En La Biblioteca



En la Biblioteca Darío Echandía, el vigilante de la noche tiene un pingüino de mascota. Es un ser  silencioso pero exigente con su amo. De manera estricta solicita desde el periódico del día, hasta una versión muy especial, una imitación del grimorio de la Gallina Negra. Pero si el pingüino tiene el rigor de un monje al leer “El Heptamerón” en el siglo XIII, su problema es la severidad con que reclama intensidad en el aire acondicionado. Hoy asistí al taller de escritura creativa. El pingüino al parecer tenía calor. Era el día de poesía. El frío nos venció en el último round. Revisamos a Robert Graves, el mismo de “Yo, Claudio”. Del cual me acuerdo porque de niño vi la adaptación de la BBC para televisión. Eso fue cuando el pingüino no había nacido y uno permanecía más tiempo en la biblioteca. Graves es un escritor exigente con los orígenes de la antología poética, el pingüino con emular los vientos antárticos. De Graves leímos sobre su devoción hacia “La Diosa Blanca”. Para empezar dimos unos giros alrededor de las venus paleolíticas. Deseando ver en sus curvas un asomo del matriarcado en la antigua Europa. El pingüino estaba dichoso con la conferencia, pero el público y la conferencista, tiritaban de frío. Hablamos de Graves, de su mujer, de cómo en una habilidad envidiable logró llevar a su amante a vivir con su esposa, de su amor por lo femenino y de su copiosa producción literaria. Una de las cosas que me dejó pensando, fue el poco tiempo que el señalaba tenía para la poesía. Al asomarme otra vez al internet a leer de Graves, me tropecé con esta frase que dice mucho de su relación entre la prosa y la poesía: “Los libros en prosa son perros de muestra que yo crío y vendo para mantener a mi gato”. Por otro lado el vigilante no mostraba al pingüino, era suficiente con el frío para que todos lo supieran. Después de leer algo como: “Ahora cuando nuestros cuerpos arriesgan un encuentro, temen desencadenar la furia de sus sentidos, y sólo en el breve desmayo de la despedida se estremecerá tu risco o vacilará mi ola”, no se le olvida a uno que en Wimbledon, hay algo más que un torneo de tenis con una grama para un picnic. Robert von Ranke Graves, nació allí. Dejó su legado, el de todo poeta, la invocación a la Diosa Blanca es el fin de todo poema verdadero. Para el vigilante, su legado será un ensayo de cómo mantener en cautiverio un pingüino y lograr una mirada rápida a Robert Graves. Para terminar mi pasaje del blog, y para los poetas, dejo una frase de Graves sobre poesía. “Un poema perfecto es imposible. Una vez que se ha escrito, el mundo terminaría”. Para el pingüino, con el calentamiento global, un clima perfecto es imposible, pero con un buen amo y una biblioteca todo comienza.

viernes, 25 de octubre de 2013

Me Falta Un Verbo Específico



Al amanecer el autobús matraqueaba como si estuviese moribundo. A pesar de ser ruidoso, es el sonido cíclico el que te adormece. Como si tuvieras una serenata industrial que sustituye a los sedantes.  Fui a buscar a un trabajador al sur de la ciudad. Era un pintor que dejó algunas paredes sin retoque en la casa. Llevaba un libro que compré de segunda en el parque Galarza. Pero me quedé leyendo el paisaje verde de la cordillera. Cada bandazo, sacudida, me despertaba del trance. Sé que este estado es un lugar común. Sé que a todos nos ha pasado. Sé que todos estamos meditando, cavilando, discurriendo, fluyendo. Lo que no entiendo es porque no se le ha creado un verbo, uno que signifique que estas en un vehículo, que por el desplazamiento, por el vibrar cíclico que percibes del movimiento, por el paisaje cambiante, por apreciar el cambio de posición en un tiempo superior al de tu capacidad motriz, estas en la frontera del mundo de tus sueños. Por sentir eso, no hay un verbo específico. Una sola palabra que en su conjugación te de la idea de esa meditación casi obligaría, como si fuese la ley de gravedad, que te lleva a un encuentro con lo absoluto, contigo mismo. Algunas veces he pagado a un taxi para que a la azarosa voluntad de chófer, me lleve hasta gastar un monto fijo de dinero. Un paseo en el que dejo un sitio final de llegada, pero dejo a disposición del taxista en que rutas retorcidas y extensas me va gastar mi dinero. Prefiero esto con auriculares y música propia. He recibido algunas malas caras porque solicito no ser distraído hasta cumplir con el trato. Muchos quieren hablar con el cliente, como si fuese parte del contrato de utilizar un taxi. A veces no estoy seguro de que quiero con este desplazamiento, lo cierto es que busco la sensación a la que no le encuentro el verbo. Alguna vez realicé esto en un autobús. Pero terminé en un extremo de la ciudad muy tarde en la noche. Era la última parada y muy tarde en la noche. El chófer se levantó de su silla y yo todavía estaba  mirando a través de la ventana. Me despertó anunciando que era el final de su ruta. Me bajé preocupado por estar tan lejos de casa. Afortunadamente el paraje no parecía mostrar peligro. Lo curioso es la seguridad que brinda el vehículo. Cuando te dejas llevar por ese momento no hay peligro. Dos veces lo he realizado solicitado silencio, sin escuchar música, dejándome caer en ese onírico espacio, donde tu personal confluencia te da una sensación de levedad completa.

miércoles, 23 de octubre de 2013

Bastante Tiempo Que No Llovía Como Hoy.



Hace ya bastante tiempo que no llovía como hoy. Una atmosfera que me pone a filosofar. José Pablo Feinmann señala: “Si se piensa en filosofía lo que se piensa es la totalidad”. Hoy leí un poco de Wisława Szymborska, quien me hace reflexionar sobre Feinmann ¿La totalidad no estará limitada por sólo enunciarla? A mi parecer, la palabra totalidad, como la frontera en el infinito, la nunca frontera, porque al ser trazada se convierte en una parte, es un concepto grandioso para un ser humano. Szymborska, reflexiona en las palabras. Por ejemplo, su poema, “las tres palabras más extrañas: Cuando pronuncio la palabra Futuro, la primera sílaba pertenece ya al pasado. Cuando pronuncio la palabra Silencio, lo destruyo. Cuando pronuncio la palabra Nada, creo algo que no cabe en ninguna no-existencia”.  Esta reflexión del significado de la palabra, su dimensión, su alcance. Es quizá tratar de visualizar la pregunta misma de porque escribimos. Sólo la pregunta, una bien diseñada, que al formulárnosla mejor, deje en evidencia el trazo de algunas palabras propias, y aunque pocas genuinas, y aunque casuales auténticas. La pluralidad que encierra la palabra se unifica con la palabra misma. El encuentro con ellas están subjetivo y a la vez tan general, que parecieran estar siempre en vuelo, eternamente diferentes a la vez anterior.

martes, 22 de octubre de 2013

Wislawa Szymborska


Tengo gran expectativa por la tertulia de mañana. La Instantería, resulta ser un agradable espacio en la Biblioteca Soledad Rengifo, es un cenáculo que realiza su faena los miércoles de 5:00 a 6:30 pm. El tema para mañana será: Las mujeres poetas del mundo y la vida. Estoy agradecido por saber de Wislawa Szymborska, Premio Nobel de Literatura 1996. Son de esos autores grandes. De esos que casi pasan desapercibidos, porque con tantas cosas por leer, y a pesar de tener el nobel, pues la verdad a veces te casas con un autor o un tema, y quieres exprimirlo al máximo, te alejas de otras visiones del mundo. Gracias a la Instantería por evocar a esta mujer. Tengo una lista de lo que quiero leer. Espero dar prioridad a Wislawa Szymborska, ojalá mañana me den otro autor de este calibre. Para cualquiera que lea esto, mi concejo es que vaya y lea algo con la plenitud para salvar el día. Algo tan eterno como el grito de Horacio. Dejo el link abajo para quien quiera ver algunos de sus poemas. Las traducciones no le hacen mella. Dejo un poema suelto que extraje de allí. Es un pequeño truco para salvar el texto de hoy en mi blog.


Cálculo Elegíaco

Cuántos de los que he conocido
(si de verdad los he conocido)
hombres, mujeres
(si esta división sigue vigente),
han atravesado este umbral
(si esto es un umbral),
han cruzado este puente
(si se puede llamar puente).

Cuántos después de una vida más corta o más larga
(si para ellos en eso sigue habiendo alguna diferencia),
buena porque ha empezado,
mala porque ha acabado
(si no prefirieran decirlo al revés),
se han encontrado en la otra orilla
(si se han encontrado
y si la otra orilla existe).

No me es dado saber
cuál fue su destino
(ni siquiera si se trata de un solo destino,
y si es todavía destino).

Todo
(si con esta palabra no lo delimito)
ha terminado para ellos
(si no lo tienen por delante).

Cuántos han saltado del tiempo en marcha
y se pierden a lo lejos con una nostalgia cada vez
mayor.
(si merece la pena creer en perspectivas).

Cuántos
(si la pregunta tiene algún sentido,
si se puede llegar a la suma final
antes de que el que cuenta se cuente a sí mismo)
han caído en el más profundo de los sueños
(si no hay otro más profundo).

Hasta la vista.
Hasta mañana.
Hasta la próxima.
Ya no quieren
(si es que no quieren) repetirlo.
Condenados a un interminable
(si no es otro) silencio.
Ocupados sólo con aquello
(si es sólo con aquello)
a lo que los obliga la ausencia.

De "Fin y principio" 1993       
Versión de Abel A. Murcia


lunes, 21 de octubre de 2013

MITRIDATISMO



Mitridatismo. Que palabra más extraña. Hoy estuve pensando en esa idea. Esa fue la palabra del día, por Ricardo Soca. Mitrídates VI, Eupátor, ingería veneno a dosis bajas y las incrementaba al pasar el tiempo. El propósito era ser resistente al mismo. Cuando Mitradates intentó suicidarse, ingirió una gran dosis de veneno. Motivado por las intrigas y complots propios de una corte. No pudo lograrlo. Su técnica funcionó. Era inmune al veneno y tuvo que pedir a su esclavo que lo asesinara. La muerte como salida a la angustia por la lucha del poder es una solución dramática, pero el tema de prever un tipo de muerte, una forma de enfrentarla, y luego utilizar su fortaleza como si fuese una debilidad, es interesante, es una buena historia. Hay un conflicto en usar la solución como problema, o el problema como solución. Siguiendo ese tipo de juegos, Pierre Bourdieu, señala que somos clasificadores clasificados por sus propias clasificaciones. Es decir, que la búsqueda indica también quien busca. Algo así como, quien haya llegado a este blog (sin ser invitado precisamente por el autor, claro está), puede estar siendo elegido por su elección a la hora de elegir. Este tipo de juegos de inversión, entre causa efecto, o sinónimo antónimo, o de extremos. Resulta llevar tu discurso a un gran nivel. Podría caer en la apariencia, pero es como el oxímoron, la frase final dice más que una presentación sencilla de los extremos por separado.  Estoy seguro que esta técnica existe, y debe estar escrita en algún texto de filosofía o de filología, o tal vez una pseudociencia de las que tanto se escribe, porque considero que se vende más de estos libros que de los científicos. En fin, creo que es como la explicación del Tao, para explicar la luz se hace necesaria la oscuridad, para explicar la oscuridad se hace necesaria la luz, para explicar el conjunto, el camino, el método, es necesario conocer extremos de la dualidad, pero cuando pones la dualidad en conjunto obtienes más que sus elementos por separado o comparados. Bueno, voy a dejar hasta aquí el pasaje de hoy, ya lo abordaré otra vez, tal vez sin darme cuenta. Ojalá encuentre una buena historia.

domingo, 20 de octubre de 2013

UN DOMINGO FAMILIAR



Un domingo familiar. Hace tiempo no almorzábamos todos en casa, mi padre, mi hermana, mi cuñado, mi sobrino, mi hermano y mi cuñada. Realizando este pasaje para el blog, me doy cuenta de es fácil ser juzgado por lo que se escribe y piensa. Digo fácil porque no es literatura, ni tampoco una columna de opinión donde te enfocas en un tema. Es un riesgo, así lo veo, expresar de manera abierta tus ideas. Es un extraño parecer el mío, lo sé. Por otro lado, hoy percibí la energía que tienen los niños. Mi sobrino con su idea de ser ninja, un ninja de dos años y medio podría pensarse inofensivo, pero no es así, es una representación muy peligrosa. Después de recibir unos golpes en la cara y hasta escupitajos, fue una experiencia de amenaza permanente. La cosa empezó algunos meses atrás, cuando los primos de mi sobrino le mostraron algún film de artes marciales, una película con esos sicarios que andan en trusa. Luego, apareció un remake de las tortugas ninjas, no sé cuál es el canal que presenta estos comics, pero por seguridad se deben bloquear. Sé, a lo sumo, que estos consejos no los ha tomado mi hermana. Pero yo, en compinchería con el disfraz que le compraron para las fiestas de Halloween, le hice dos estrellas ninjas en origami. Nunca me resultó más gratificante hacer algo en papiroflexia. Ni cuando hice un rosa para cortejar a una mujer. Ese par de estrellas me lo quitaron de encima. Creo haber dejado de recibir unas mil patadas y dos mil puños. Eso demuestra que en la guerra el arte es superior a las armas. Bueno, aunque en esa cabecita, las estrellas eran de verdad. Lo cierto es que se puso a lanzar sus estrellas y logre tener descanso. Aunque el lanzamiento de estrellas de papel de un niño de dos años, es más azaroso que el clima acá en el trópico, nunca se sabe que va a pasar. Al caer la noche, nos fuimos al centro comercial, como si caminar sin sentido entre la gente fuera una actividad regocijante. En fin, me encontré con Ricardo Arias allí. Hablamos de todo un poco. Luego lo dejamos en el terminal de transporte y volví a casa. Un almuerzo familiar. Lo mejor.

JUECES DEL 'CARTEL' DE PALOQUEMAO



Quisiera escribir una atmósfera misteriosa y mágica. Es un reto para mí. Hoy pensé en varios temas que generaran una vibración singular. Pero creo estar equivocado, no es el tema, es como lo cuentas. Al volver a reflexionar sobre esto, me doy cuenta de que uno se puede equivocar, cuando no ha resuelto bien cuál es el problema. Ahora sé qué debo hacerme las preguntas correctas. A veces cuando revisamos el sistema social actual, el problema práctico y teórico que encontramos es simple: poder. Averiguar quién lo controla, como llegó a él, saber cómo se utiliza, cuales son los medios empleados, y cuáles son los fines que persigue. Hoy el titular del periódico el Tiempo: “Jueces del 'cartel' de Paloquemao”, deja una gran incertidumbre institucional, que nos resigna a una visión pesimista y de duda. Hay un sabor de que es imposible una situación peor. Cuando la sal se corrompe, cuando la ignominia de nuestro pueblo es inefable. Te preguntas: ¿qué ha pasado para llegar a esto?, llegar a la duda del sistema, del modelo de Estado, del régimen, de que directrices hay en los aparatos ideológicos, ¿porqué somos tan vulnerables. La historia y la literatura son implacables al narrar que esto ya pasó, que volverá a pasar, porque viendo la advertencia señalada, no se pudo evitar. ¿Qué pasa con nuestra capacidad deliberativa y decisoria?

viernes, 18 de octubre de 2013

IBAGUÉ GRACIOSA Y DELIRANTE


Hoy encontré una Ibagué graciosa y delirante. Sofocada bajo el sol y el desorden. Estaba contento en el carro entre músicas y gritos. Entre los claxon y bullicio de la calle. Por momentos perdí el balance, por momentos permanecí aturdido, por momentos quedé desamparado, pero existieron momentos con escuadrones de luz. El calor te deja embriagado por momentos. Pero a las cinco de la tarde ya la cordillera nos protege del sol. Sólo queda el bullicio que aumenta por llegar hacer la hora pico, la hora de salida de todos. Otra idea infecunda de las que se me ocurren, es que debería existir un horario escalonado, es decir, diferentes horas de salida. En lugar de salir todos entre las cinco y seis, el horario de salida debería ser desde las cuatro hasta las siete y treinta. Alguien debe tomarse en serio las estadísticas y dar una orden que le dé un balance a la jornada. Tanto coches, tanto bullicio. Ahora que reviso este primer párrafo me parece despreciable y fatal. Pero hoy fue otro día de diligencias. En la noche, las cosas mejoraron. No sé cómo resulté con un poema. Debo confesar, que aunque no fui hoy al taller de literatura, hice la tarea.


PASEO CON LA LIBÉLULA.

Estuve paseando con una libélula,
sobrecogido con el vibrar de sus alas iridiscentes.

Me regaló una centella de espuma,
una chispa entre dos comillas que ansiaban citar a Lorca.

Olía azul, así lo sintió mi mano.

Deseaba escuchar el vapor de sagitario en su dorso,
el minotauro posó sus manos en sus caderas.
La membrana de sus alas se tensionó con el sórdido bufar,
batió sus cuatro alas para exponer su ombligo
Seguí candoroso para verla volar

Le conté que guardaría una mariposa en mi insectario,
que sería más suave que el viento que la hace volar.

La libélula guardó sus caballitos de plata, en zapatos negros, cerrados.

jueves, 17 de octubre de 2013

EL PRIMER LÍMITE QUE CONOZCO DE LA IMAGINACIÓN

Todavía critico el tiempo con desenvoltura. Aún petrifico sonrisas en mi memoria. De ayer me quedó la de Luisa Fernanda Delgadillo. Cuando propuse recitar la coreografía de: Era Una Ballena Gorda, Gorda, Gorda, de Luis María Pescetti. Hoy fue día de cine. Mi padre es cinéfilo. Cosa que comparte con mi hermano. Yo por el contrario no creo haber visto tantas películas como ellos. En el Hotel Casa Morales, desde hace más de nueve años, se reúnen para ver películas, el grupo es coordinado por Benjamín Arciniegas. El tipo de presentación es de una tendencia alejada de Hollywood, la mayoría de las veces, claro está. Hoy los acompañé a ver Monsieur Batignole. Un film de los años cuarenta. Si el holocausto dejó algo bueno, fueron las historias. Esta historia es la de un francés común, un charcutero al que el destino lo lleva a salvar a Simon Berstein y dos primas, tres niños judíos que sorbieron al genocidio. Me agradó la película. En castellano el film se comercializa con el nombre de: “los niños del señor Batignole”.

El día fue ajetreado con diligencias en la EPS. Hoy revisé el Tractatus logico-philosophicus de Wittgenstein, es uno de esos libros que te tomas con paciencia. Es un texto catalogado como de filosofía. Se encuentra de formato pdf en la internet con facilidad. Es un libro que contiene física, ética, mística, todo inmerso en filosofía. La corriente filosófica en la que se circunscribe es el simbolismo. Naufragando hoy en este tema. Llegué a que los antecesores del simbolismo, y que algunos los califican de estar ahí, son: Baudelaire, Verlaine, Rimbaud, Mallarmé. Siguiendo de brinco en brinco por la Wikipedia llegué a la sinestesia. Una de las cosas que me pareció interesante fue el experimento Psicológico de Wolfgang Köhler. Aquí dejo la página para quien quiera haga el test. Sólo deben buscar a la derecha a Kiki y a Booba.  Sinestesia. Este experimento te deja una sensación de conectividad entre los sentidos. Cuando quise saber que era la sinestesia. Me encontré con un tema muy especial. La idea es que la sinestesia la capacidad de percibir sensaciones diferentes a las que corresponde el sentido. Es como escuchar colores, oler sonidos, saborear texturas, palpar olores. La sinestesia se produce con drogas. Las psicodélicas, el LSD, la mescalina y los hongos pueden producir esto. También existen estados alterados como la depresión donde se presenta. Ahora recuerdo que en el Taller de literatura, alguna vez hablando de los poetas malditos, tocamos el tema del absenta, la bebida de ajenjo. Ahora encuentro que hay ciertas manifestaciones de sinestesia en los poemas.  Pero la duda de si son manifestaciones de imágenes poéticas o una declaración de sinestesia en narrativa que se coló en el poema, te deja cierta incertidumbre. La cosa es que hay una evolución del lenguaje, así lo llamo yo. Cuando le ponemos nombre a los objetos, al parecer no es un acto arbitrario, es decir, no sólo juega la razón, sino también la sinestesia. Volviendo al simbolismo, el Tractatus pretende usar el lenguaje con perfección, así lo veo yo. Partiendo de la unicidad de significado, se establece unos axiomas para mostrar la estructura de la proposición en relación con la estructura del hecho. La verdad, si alguien está interesado, mejor que lea el libro por sí mismo. Dejo una frase del libro: “2.022 Es claro que por muy diferente del real que se imagine un mundo debe tener algo –un forma- en común con el mundo real”. Este es el primer límite que conozco de la imaginación. Nada puede ser imaginado sin que no tenga algo común al mundo real. Me podría arriesgar a decir: si no se imagina no existe.

miércoles, 16 de octubre de 2013

HOY LLEGÓ EL DIABLO


Hoy llegó el diablo. El mecánico del viejo carro de la casa. Es un sobrenombre áspero y pesado de llevar. Supongo que lo tiene desde la infancia. Lo supongo porque atiende a él con naturalidad. El viejo carro de la casa es un Renault 21. El diablo reparó el motor de arranque, tenía problemas con el inducido, las escobillas estaban como nuevas. Cierta vez que el carro requería una reparación, cosa que es frecuente en un coche con más de veinte años, estaba yo leyendo a Dan Brown, Inferno, cuando se me acercó a preguntar que leía. Le dije: -un manual para negociar con el mecánico-. Me miró con extrañeza. Cerré el libro y le mostré la tapa. Soltó su risa, y yo reí con él. Aunqué su risa es la de un demonio vulgar, cobró como si fuera su alter ego.  Hoy volví a ver otra vez la tarifa del doctor Jekyll, cobrada por míster Hyde. El carro esta tan viejo, que si Virgilio o Dante dieran su paseo con él, seguro lo hubieran tirado al rio Aqueronte, porque ni un dracma recibirían por él. Espero me disculpen mi fantasía efable. 

Pero continuando con este tipo de visiones, hoy me tropecé con otra idea vacua. Al quedar frente al semáforo, al ver al figurín de hombre de rojo, me refiero al dibujo de lucecillas rojas que forman la silueta de un hombre. Rojo y quieto, verde y caminando. Me pregunté porque tenía que estar quieto, ¿será qué sólo con el rojo basta?, Bueno, yo no sé de semiótica, pero imagino que si el muñeco en verde camina, porque el rojo no baila. Es que uno no se puede quedar quieto viendo una silueta que le recuerda el tiempo yermo mientras espera. Debería estar haciendo unos pasos de break dance o alguno de tango. Bueno, para facilitar las cosas se podría poner un buzón virtual en la red. En la página de los semáforos en rojo. Donde la gente puede votar porque tipo de baile puede hacer el figurín. A lo mejor el tiempo no te fustigue con la pesadez de ver pasar carros y puedas llevar el ritmo del hombre de rojo. La cosa es que me estaba imaginando eso cuando iba hoy a la tertulia de la Instantería. Es un espacio cultural que se desarrolla en la biblioteca Soledad Rengifo. El grupo lo conforman, hasta donde sé, Luisa Pérez, Eder Cervera y Alfonso Durán. Hoy el tema fue Luis María Pescetti. Presentador y cantautor para niños. Llegué convencido de que haríamos la coreografía de: "Era Una Ballena Gorda, Gorda, Gorda". Bueno, si tiene hijos o si tienes el niño mientras la ves, sabrás de qué hablo. Otra canción para aprender es la del niño caníbal. También tiene textos para adultos y una muy buena página por internet. Voy a dejar los links.





http://www.youtube.com/watch?v=fxw0JNSOS5Y  Era Una Ballena Gorda, Gorda, Gorda

martes, 15 de octubre de 2013

UN PARTIDO TEDIOSO

Hoy, el día creció con el fragor de un partido baladí, como la espuma de un medicamento efervescente. Falso e innocuo. Creo que perdí más de noventa minutos. Ese cuento de llegar ser una cabeza de serie en el mundial de fútbol, es un espejismo memo.  Esperé el juego convenciéndome que también podría agitarme por unos segundos. A pesar de tener un hombre de menos e ir perdiendo por un gol, al final fue un sentimiento nimio. La verdad, el próximo partido, el repechaje de Uruguay, tendrá más sentido. Creo con esto entender la ludopatía. Si no hay nada en riesgo, no vale la pena jugar. Esto me hace recordar el poema “Si…”, de Rudyard Kipling. Creo que es muy popular. Yo lo conocí en el 93, bajo una publicación de las selecciones del Reader´s Digest. Volviendo al partido, al ver el mejor esfuerzo de los jugadores, porque así lo creo. Quisiera expresar que sentí eso. No abrigué como dice el poema: “Si puedes llenar el minuto con sesenta segundos de esfuerzo denodado, tuya es la tierra y cuanto en ella hay,  Y, más aún, ¡serás un hombre hijo mío!”. Lamento decirlo, incluso para los que vibraron, que fue un tiempo yermo.  Sé que los que no gustan del fútbol me lo reclamaran diciéndome: “!Quien lo manda a ver fútbol!” porque así me lo han dicho amigos y vecinos que no gustan de este juego. Creo por hoy, sólo por hoy, que tenían razón. Además tengo otro argumento. Hoy al finalizar el partido, escuché tan sólo un par de claxon. No fue el carnaval que escuché el viernes. Con lo que me acuerdo, que Juan Fernando Duque me señaló que escribiera sobre una idea loca que le comenté ese día. La idea, al ver semejante desorden,  porque hay que ser sinceros, nuestro tropicalismo es peligroso cuando nos vamos a los extremos, que debíamos cerrar la avenida quinta, la más importante en Ibagué, ciudad que ahora propongo como piloto para esta idea. Una vez cerrada la avenida principal, se prohíba también el transporte en vehículos privados y de motos, todo esto, una vez termine el partido. Que la alcaldía, en retribución a su medida coactiva, promueva plataformas con espectáculos, como cualquier feria o fiesta, como la del San Juan que es tan importante para la ciudad. Concluyendo, la idea es que se pueda celebrar a pie, sobre la avenida, se pueda festejar si exponer a otros al estado de embriaguez. Un festejo que deje de ser agresivo, porque así lo percibí cuando se tomaron la avenida tercera que es peatonal. Era una horda de motocicletas que ensordecían con sus pitos y sirenas. No me quejo por el ruido. Pero la descripción es para hacer la imagen que debe llevarse el lector de mi idea. Sí, Yo prefiero una avenida cerrada, con orquestas, con vendedores ambulantes, con un caos típico, pero controlable, con menos botellas de motocicleta a motocicleta. Bueno, esta puede ser otra idea no fecunda. Pero tal vez alguien la lea y la promueva, y revisando las estadísticas de accidentalidad me den la razón. Por otro lado, es muy triste para mí saber que escribí sobre esto. ¡Que esterilidad!

lunes, 14 de octubre de 2013

LEY DE CONCIENCIA POR OTROS OFICIOS



Un domingo fugaz. Hoy aprovechamos para ir a piscina. Bueno, era algo más que piscina. El encuentro fue en un baño turco. Digo encuentro por ser el lugar de aglutinación del grupo. Elizabeth Molano, Estela Laguna, Diego Fernando Guzmán, Carlos Julián Ospina, Ángela María Ospina, Miguel Ángel Viña y yo. Es curioso que al terminar la lista del grupo me surja esta pregunta: ¿estará bien usar nombres propios, con apellidos y todo? Respondiéndome esa pregunta, encuentro que podrán reclamármelo más adelante, por ahora sólo me interesa saber si resultará monótono para un blog tantos nombres, si realmente aportan a esta actividad del egotorio. Bueno, es una pregunta que responderé con el tiempo. Debo mencionar que la diversión fue a cargo del anfitrión Juan Fernando Duque. Acepté su invitación a salir a “turquiar” como le llámanos. Una actividad que es gratificante por la compañía, por hablar de cosas que provocan resultados etéreos, u otros más concretos como este blog.  Pero compartir en grupo con amigos es la actividad más humana, una actividad que evoca a neandertales en una gruta, tal vez en Asturias realizando una pintura rupestre o alrededor de una fogata en la playa. Aunque todavía no tengo respuesta por parte de mi psiquiatra de porqué debo reducir mi socialización.  Lo interesante de hoy fue que imagine una Ley. Si, un texto de los que se discuten en el Senado. La Ley que me imagino se llamará: Ley de conciencia por otros oficios. Mi Ley, (ese “mí” hace que le tome cariño) será que las personas tomen consciencia del oficio que realizan otras. Con oficio, me refiero a las profesiones y quehaceres de toda naturaleza. La idea es que por ejemplo: Las maestras de jardín infantil o de guarderías, esta última palabra, “guardería”, pareciera señalar el sitio en el cual despectivamente se guardan a los niños. La idea es que estas maestras se vayan por un día a ser alcaides o carceleras en cualquier prisión, y de igual forma, los guardianes o carceleros vayan por un día a ser maestros de infantes. O que lo jueces fueran prefectos de disciplina en un colegio, y los prefectos fueran jueces por un día. Otro cambio sería los bibliotecarios por camareros y viceversa. El Psicólogo por el barman, bueno, este ya suena a lugar común, voy a tratar con un cambio un poco más radical. El abogado por el contador, este último cambio es porque conozco estudiantes de derecho con aversión a los guarismos, y conozco contadores con aversión a las leyes. En fin, estaba pensando en el soldado por el artista.  La idea resultó de saber si una persona que prestó servicio militar puede tener una imposición castrense que obnubile su sensibilidad, o que por otro lado, un artista no asimile una actividad marcial así no le encuentre propósito o sentido. Es una discusión pasajera la que presento, pero su controversia es profunda. La discusión me llegó por la objeción de conciencia. Me parece una actitud superior actuar de modo beligerante pero conforme a derecho. El rechazo a una obediencia por la cual no siento un deber ser, es una categoría superior de cordura, un modo superior de ser. La ética que lleva a una desobediencia me resulta interesante, el juicio de valor, la decisión que se toma desde la esfera personal, que se impone a las normas jurídicas por considerarlas contrarias a tu ética, es un ejercicio filosófico sugestivo. Pero saliéndome de la extensa discusión que podría resultar del tema, sólo llegué a una pequeña idea. Qué la Ley de conciencia por otros oficios debía empezar por la milicia. Si, por las fuerzas armadas. El argumento por ahora es la posibilidad de masificar la idea, es decir, quiero que todo soldado antes de salir de prestar servicio, realice una actividad cultural o artística. No estoy diciendo que no se realicen este tipo de actividades allí, ni que allá no se tenga sensibilidad, no. Lo que señalo, es que sería un requisito especial, sólo uno, que para terminar el servicio se entregue o pruebe que realizó una actividad de tal carácter. Con esto, obligaríamos a todos los que prestaron servicio, cosa que yo no hice, a que hicieran parte por un momento de las razones por las cuales prestan su servicio. Apelar a su conciencia noble, a su espíritu, a buscar un sentido por tomar las armas en una obediencia democrática. A entender si se es vigía en contra de la adversidad, si es el guardián de la dignidad de su familia. No estoy diciendo que no lo sepan, ni que no los necesitemos, ni que su actividad no demuestre humanidad. Estoy buscando un fin. Uno que le recuerde su lealtad por la Ley. La Ley que lo puso a cargar un fusil, a caminar en la selva, a soportar lenguas heladas de viento en el páramo. La que sabiendo, que a todos la conciencia nos hace cobardes, tiene que ir él al frente, ingenuo de las fuerzas de autoridad,  incauto de saber que abandera las relaciones de poder y sólo con la soberanía de su conciencia, obedecer hasta donde se lo permita, y defender la voz de su pueblo, la del artista. Si, sobre todo la del artista que no sabe que alguien custodia el escenario, que cree que no lo necesita, que los cree esbirros del poder y no sabe que el escucha, que escucha tan claro que ofrece su vida para que él sea escuchado, que también se ve incomprendido y espera que el siguiente acto si lo entienda. En fin, que recuerde el decoro con el que otros expresan su sentimientos y su ideas. Las expresiones de su pueblo. Bueno, sin discutir más, lo que quiero es que se masifique la actividad de arte. Que fuesen por un día, mimos, bailarines, coreógrafos, directores de teatro o cine (con un celular pueden hacer fácilmente una historia), guionistas, escritores, compositores,  músicos (una serenata a su patria no se puede dar con armas) o presentaciones musicales, exposiciones de pintura, declamadores o poetas. En suma, que cuando recuerden haber prestado su servicio y se le pregunte que oficio resguardó, digan contentos: la  fotografía. En una sola frase corta. Como revelando en su memoria el día que dio una producción humana que lo identificó con su género, que dejó una idea o emoción en el mundo, una que compartió con otros. Ahora bien, la respuesta corta y contundente podría ser también:   pintura, dibujo, teatro, canto coral, el dibujo de comics, la música sinfónica, diseño de modas, la narrativa, la poesía. Sé que el sentido de la estética podría estar perdido, pero lo humano se rescataría, y tal vez el humano. Luego, se reirán de sus presentaciones o cuenten con candidez su promesa estética o su objeto de arte. Es bueno que alguien que pueda fácilmente hablarte de guerra, pueda conversar de un hobbies que le dejó la experiencia, de su aprecio por una actividad de paz, de sentir como niño jugar a ser pintor. Espero que alguien no lo tome a mal, no soy un subversivo de las bellas artes. Sólo quiero una Ley macondiana, una que le de valor al espíritu. Una que inicie el fin de los ejércitos, una que proponga otros juegos a los niños. La guerra es un juego de niños, de niños que juegan a la guerra y siempre seguirán siendo niños.

domingo, 13 de octubre de 2013

CORIOLANO


“A mis más nobles amigos, suplico perdón;
en cuanto a la chusma maloliente y veleidosa,
que se vean reflejados en mí, pues no soy
espejo adulador que les engañe. Lo volveré a decir,
tratándolos así, estamos cultivando la ruina del Senado,
la cizaña de la sedición, la revuelta y la insolencia
que nosotros mismos hemos labrado, sembrado y esparcido
al dejar que se nos acerquen, a nosotros, los nobles y elegidos,
que sólo carecemos de aquella virtud y autoridad”

La palabras de Coriolano hacia el pueblo que lo destierra (3, I, 68-77)


Hoy me vi Coriolanus, dirigida por Ralph Fiennes. Una magistral versión. Recomendada. Es una adaptación cinematográfica británica de la tragedia Coriolano de Shakespeare. Ralph Fiennes además la protagoniza. Creo que serían unas buenas palabras para empezar un discurso en una tiranía. Ya me imagino un acto así por parte de un Ministro de Defensa. Un escenario descabellado, pero con la xenofobia que parece emanar de nuestros dirigentes. Espero estar equivocado en esa afirmación. Pero muchos estarán de acuerdo que nuestros dirigentes así lo demuestran. Que el desprecio que profesan por la plebe duele más con las acciones de corrupción, que mi hipotético discurso de golpe de estado. Una alocución que yo empezaría así. Claro está, en caso de que me diera el “síndrome de Uiriburu” (me pareció que de todas las dictaduras de América Latina este era un nombre muy sonoro, me refiero a la dictadura de José Félix Uriburu). Los síntomas de este síndrome se han percibido en Colombia a comienzos del siglo XXI, pero no pienso discutir sobre eso. Sólo quiero imaginarme un discurso con fuerza y por la fuerza, un relámpago en la médula  No quiero frases prefabricadas que cohesionen un discurso, que mantenga los abyectos problemas de siempre, la pobreza, la injusticia, el populismo. Tampoco quiero la lucha discursiva de potenciales géneros políticos. No, yo me imagino una presentación discursiva fulminante, una que tengamos que oír por la potencia del conflicto que acaece, uno imaginario, un golpe de Estado por ejemplo. Uno que no reconozca la presencia del otro. Que no la reconozca porque manifiesta abiertamente hacerlo. Que el pueblo sumiso deba aceptarlo. Que por un momento esa humillación y ese desprecio que exhiben con el saqueo de las arcas del pueblo, sea un acto leal y fiel. Un acto donde estaremos seguros que la coacción ideológica y por la fuerza, llegó como una peste que debemos padecer. Que la plaga exponga a los muertos como sus verdaderas víctimas. No que tengamos que hacer cálculos de que se puede hacer con la plata perdida. Bueno, ya sé que me hizo mal la película. De todos modos Shakespeare siempre lo deja a uno reflexionando.

sábado, 12 de octubre de 2013

3-3

Terminó la semana. Digo esto siendo el viernes. El país enloqueció con un empate 3-3 con Chile. Lo que nos da la entrada al Mundial de Fútbol. Empezar con un 3 en contra es complicado. Tengo la teoría, al mejor estilo de  John Grisham, Informe Pelícano, que todo estaba calculado. Que todo era un arreglo de Estado. Que el acuerdo era quedar 3-3 y que Chile iría al mundial con Colombia. Sólo habría que volver a ver los últimos 5 minutos del partido para llevarse esa sensación. Por otro lado, salimos con Juan Fernando Duque, mi hermano y mi cuñada a recoger a un ornitólogo amigo de Juan Fernando y a dar un paseo. El recorrido fue pausado. Cada par de minutos, en cualquier calle, salían a festejar como si hubiésemos ganado el mundial. Ese escenario te cuestiona de manera particular, y creo que es una pregunta “lugar común”. Estoy seguro que uno de cada diez que lean este pasaje (donde creo no serán más de cinco) se han hecho esta pregunta, o por lo menos así me lo cuestiono. Bueno, y si usted no lo ha hecho, la pregunta es: ¿Qué pasaría en Colombia si ganamos el mundial? Una pregunta que está embaraza de alegría para cualquier país. Pero sospecho, por ser colombiano, que me da estupor pensar en el caos, en los muertos, en los heridos. Todas las tragedias que vienen anudadas con la fiesta. Las que se esconden tras bambalinas de la celebración. Espero me perdonen el cliché de esta cuestión, pero ayer alcancé a ver algunas. Como si fuera un cíclope. El testigo del licor que se pasaban de motocicleta a motocicleta. El pasajero de automóvil que tuvo que subir el vidrio en la ventana. Que se encerró en el coche porque lo sorprenderían con un puñado de harina de trigo, una nube como la de los devotos hindúes en el templo Radha Rani. La diferencia es que en la India el objetivo es el cielo, se arroja polvo de color a las alturas. Aquí piensas que estas en guerra, que es un ataque con gas mostaza. Que con los ojos enceguecidos, la garganta seca y los pulmones atiborrados tienes que dar una sonrisa porque es celebración.

Quedé contento con el día, hoy leí poco, pero fue un buen cuento, bueno releí porque ya lo había leído, “El procurador de Judea”, un cuento de Anatole France. Un texto de una antología francesa que anda por el anaquel. Ando buscando un tema para golpear el teclado. Saqué ese libro al azar. Un buen cuento, pero muy poco para hoy, por ocupaciones haciendo diligencias de rutina, las necesarias para la casa. Fue un día un leve, ligero, sin mucho de qué pensar. Algo parecido a empatar con dos penaltis. Algo como salvar el partido y entrar al mundial. Algo que ya era seguro, pero se necesitaba ratificarlo. Algo por autoestima, y por enfrentar días que no son tan regocijantes como lo esperas. Porque hay días como ese 5-0 con Argentina, o ese 1-1 con Alemania, esos sí que fueron días.


Espero con este texto, un más propio. Uno  con perfume de blog, por lo menos uno personal. Uno que responda a la idea del Egotorio.  Que tenga mis confesiones políticas, musicales y de familia, lo que sea, siempre y cuando sea mi propio encuentro. Disculpen lo del 5-0, es que a veces nos aferramos al pasado y no disfrutamos el presente. Tengo la hipótesis de que tengo una andropausia prematura. Habrá que ver como estarán las hormonas en el mundial.                

EDITOR Y ESCRITOR, ¿UNA O DOS MANOS?

Es curioso tener que revisar el día para el contenido del blog. Un diario refugia la intimidad y apoya a tu memoria cuando de volver atrás se trata, o puedes ver donde tiraste la basura, pero confieso que pongo límites, es una esfera que no sé si es de cristal o de jabón, pero sin duda percibo cierta fragilidad, habrá que ver que me dicen los pocos atareados amigos que lo lean. Lo interesante es rematar el día con una actividad que pueda sublimar el estar contigo mismo. Hoy leí a Eco, un ensayo sobre Montecristo, la novela de Dumas. Debo confesar que la primera frase me dejó aturdido: “Una novela mal escrita”. Recuerdo que cuando me la leí, devoré ese libro en un par de días. Bueno, a mí no me pareció tan mala. Eco te pone pensar sobre ¿Qué entiendes por literatura? Un tema bastante subjetivo para mí. Pero además aclara ¿Qué entiendes por una narrativa de alto valor literario? una cosa muy compleja viniendo de quien viene. Sé que la pregunta es difícil y sé que me la haré otra vez, no sé cuándo, pero es recurrente cuando hablas con alguien que escribe. Pero sólo se que leyendo puedo responderla. Volviendo a Eco, el señala que fue Maquet el que guió a Dumas a sacar ventaja en lo narrativo. El ensayo se llama: "Elogio del Montecristo". El tema es el típico de editor vs escritor. Parece ser que el secreto en narrativa es seguir esculpiendo el mármol para hacer más ágil el texto. Una discusión parecida me envió por correo Daniel Padilla. Era el link a la revista “El Malpensante”. Donde Baricco publica un artículo: “El hombre que reescribía a Carver”. Vuelve y juega el tema, una tijera con sentido de la estética y la mano intrusa que ¡Touché! asesta el golpe con la perplejidad de un gol. Conclusión: podar bien los textos y tener la suerte de un editor como Gordon Lish. Es claro que ninguno de los dos, Baricco o Eco, le quitan mérito al editor o al oficio. Lo bueno es que tengo un tema de esos eternos para plantear, pasar el rato y disfrutar.

Nota: si alguien lee esto y el artículo, no será que Baricco quiso decir que: Raymond Carver y Gordon Lish eran Jerry y Bill. 



Si alguien está interesado también dejo aquí como llegar al de Eco. El libro es: “De los espejos y otros ensayos” Se puede ver por Google Books. ELOGIO. DEL. «MONTECRISTO»

viernes, 11 de octubre de 2013

CARPE DIEM

Hoy naufragando en la internet volví a Whitman. Recordé el viejo y descolorido libro que le compré a Ricardo Arias. Fue un día antes de salir a regatear libros de segunda. Una actividad que compartimos algunas veces en el año. Ricardo y yo somos afortunados de ser de una generación que conoce el libro. Creo que las próximas lo verán como reliquias, como la tecnología de conocimiento de los abuelos, las herramientas de celulosa que se exhibirán en los museos del futuro, los que ahora son bibliotecas, aunque la verdad creo que estos espacios mutarán y se beneficiaran de la tecnología. Lo que si no se, es que pasará con el libro. Lo cierto fue que me cansé de la pantalla del computador y saqué el libro de la estantería. Carpe Diem, coseché el día, a pesar de las manchas viejas de agua que tenía el libro, porque así me lo vendió Ricardo. Haciendo este texto para el blog, me doy cuenta que le tomo cariño a las cosas, ese libro forrado con plástico a mano se me hace cada vez más especial, solo basta abrirlo para aprovechar el día, creo que es una de mis mejores inversiones. Hoy pensé en el blog, es curioso, antes creía que sólo al final del día iba a pensar en él, luego escribiría y terminaría mi ejercicio. Hoy cavilé ¿qué pensará un lector en el futuro? ¿Qué pensarán los hombres en el futuro? ¿Será importante esto? Bueno, la reflexión es simple, qué importa lo que los hombres piensen de nosotros en lo venidero. No sé por qué me preocupo por algo así. No tenemos más jueces que a nosotros mismos. Sólo basta afirmarme escribiendo. Es mi testimonio el que me rinde mi propia virtud. 

Con la esperanza de que tal vez con un verso puedas decir lo mismo, Carpe Diem, dejo unas líneas.

“Un niño me preguntó: ¿qué es la hierba?, Trayéndola a manos llenas,
¿Cómo podría contestarle? Yo tampoco lo sé.
Sospecho que es la bandera de mi carácter tejida con esperanzada tela verde
O el pañuelo de Dios,
Una prenda fragante dejada caer a propósito,
Con el nombre del dueño en alguna punta, para que lo veamos y lo notemos y nos preguntemos ¿de quién?”


Traducción de Jorge Luis Borges

miércoles, 9 de octubre de 2013

EMPEZARÉ POR LAS COSAS MÁS OBVIAS

Este blog primero que todo, espero sea un ejercicio conmigo mismo. Por otro lado atiendo a una cita de un autor universal, J. Saramago, quien motiva iniciar esta actividad con esta frase: "El blog va iluminándole el camino al autor: ésa es su virtud". Me es difícil comenzar esta actividad. Sólo espero no desfallecer. Lo más difícil es publicar el compromiso. Espero se haga presente cada vez que sea necesario. Espero aparezca perseverante cuando esté en ese aprieto de no poder, o no saber, u otro er, que infausto que me lo impida.

Creo que empezaré por las cosas más obvias. Mi país tiene varias cosas en juego. Un Proceso de Paz, un Conflicto fronterizo con Nicaragua por un Fallo de la Corte de la Haya y la clasificación al mundial de fútbol. La presente semana en todos los medios no se habla sino de un partido contra Chile. Ya sé  que es un cliché criticar eso, como la banalidad del fútbol devora cosas más relevantes. Cosas a las que debemos estar más atentos para una mejor convivencia. Pero el solo argumento de que es un forma de escape en masa, me engaña por momentos y la ilusión de que pueda llegar a ser un gramo de consuelo, me la creo y me la gozo. Es bueno hablar con alguien que genere discrepancias tan fútiles. Hablar de fútbol lo veo sano (aunque si da miedo ir al estadio). Sería muy cruel afirmar que el interés del hombre de a pie, el ciudadano común o el del obrero atareado, se centre en otra cosa que no sea el partido de Chile el viernes. Pero existen otras circunstancias de interés nacional, una es que el Presidente Juan Manuel Santos ha declarado inaplicable el Fallo de la Corte de la Haya, al respecto, las voces de diferentes sectores se unen a la estoica posición presidencial, sin embargo, ante el hermetismo del Proceso de Paz hay muchas críticas. Podría pensarse que es más fácil aglutinar las voces políticas entorno a la guerra, que a un escenario de paz. Es claro que sólo es bajo la entrega de armas de un solo actor, pero sin duda es el más importante, por historia y por su empatía con otros Estados, Cuba y Venezuela. Por ahora continuamos segundos en la tabla de clasificación al mundial de fútbol, cosa que une al país no de igual manera que lo haría una guerra, y no una guerra que responda a un conflicto interno si no una fratricida con un estado hermano de nuestra América. Mi deseo es que se ponga fin al conflicto interno, en el cual nací y me crié, aunque el flagelo de su violencia lo haya padecido con menor sufrimiento que el de otros compatriotas. Por los atisbos propios de otras guerras, espero que los compatriotas de San Andrés y Providencia, los directamente afectados, puedan recuperar el territorio que nos fue arrebatado en el arbitrio de una Corte que alteró la calma en el Caribe. Por otro lado no creo en la Paz, la verdadera, el conflicto en Colombia muta más rápido de lo que lo percibimos. El narcotráfico se que no se irá y el resto de problemas típicos y coyunturales de una nación, las seguiremos padeciendo. Cada convulsión de iniquidad, de los múltiples actores que orquestan con los múltiples factores seguirá. Sólo espero como un colombiano más, del proceso de paz: No salir engañado, Percibir una mejor convivencia, Perder el escepticismo a cerca de nuestros dirigentes y sepultar la visión funesta que comparto en la calle con la gente del país que estamos dejando a la próxima generación.

¿POR QUÉ ESCRIBO?

Existen actividades que hacen que pierdas el significado del espacio. Acciones donde el tiempo se desvanece en el disfrute. Crear, para mí es un estado superior. Soy lector por afición y la lectura me invitó a escribir. Siento igual cariño por el ajedrez y la cocina. Un lector que supo encontrar a otro en los textos y escribe para encontrarse consigo mismo. Un lector que descubrió el poder de la palabra. Algo que todos conocen, pero son inconscientes de ello. La magnificencia de la humanidad se aprecia en la palabra. Las decisiones que tomamos se hacen por la fuerza de la palabra, así sea la nuestra. Esto tal vez muchos lo sepan, pero en observancia con mi afecto, lo escribo.

Sé que el ejercicio más humano es comunicarnos, pero escribir me hace Dios. Soy omnisciente, omnipotente, omnipresente. En ese pedazo de papel, entre grafos entretejidos, soy el creador. He creado mi mundo, mis personajes, mi entrono. Y lo más sorprendente es que una vez escrito lo puedo compartir. Esto tampoco es una idea original, pero escribirlo me hace más consiente. La urdimbre de mi pensamiento hila mejor las palabras cuanto más leo, cuanto más escribo. Escribir, es el ejercicio donde condensas gota a gota tus verdades. Un ejercicio que te ayuda a entender mejor tu vida. La oportunidad de escribir nos enfrenta con nuestro interior. No es como  otras acciones, que son un escape emocional, escribir te da valor existencial.