Te decían: toma un poema y mejóralo. Te demorabas
buscándolo, escogiéndolo, sintiéndolo y luego aparecía otro, como una flor o un
insecto nuca visto. Toma un poema y mejóralo. Ante la imposibilidad de
adoptarlo abandonas el canto ajeno. Seguro de que hallarías sosiego, creas el
tuyo. Lo crees dentro. Entonces el mundo se viene encima. El peso de darle alas
a tus palabras no es satisfactorio. Sólo cuando las encuentras piensas en
meterlas en tu corazón. Empieza la
incertidumbre de saber si eres tú. Ves la fogata con detenimiento. El ascender
vertiginoso de las cenizas eleva tu mirada al firmamento. Te das cuenta como
palidecen las cenizas y te quedas con las estrellas. Deseas crear una fogata que
destelle en otros planetas. Sabes que esto no es posible. Deseas quitar toda
soberbia, pero ella se irradia, creyendo que das calor a los calados huesos que
te acompañan en la playa. Te das cuenta que has hablado antes de tiempo. Se
caminó un paso a la vez, creyendo perder por hoy. El camino es ahora más
envejecido. Tu sendero está marcado. Sólo
si te propones desasosegar, darás otro paso. Con más dudas, la senda hace
bombear más tu corazón. No quieres sucumbir al compromiso. A tus personas, los
palaciegos de tu juicio y los esclavos de tu vesania, brindo estas palabras por
viajar conmigo. Pueden ser fragantes magnolias que saben a carne quemada. O serán
cosecha amarga del vino en el cenáculo de Cristo. Que será la inocencia
recluida en un baño en la cárcel de menores. Sólo espero de los demás energía para
la diferencia. Que entiendas que porque me explico es que debes desconfiar de
mi experiencia. Que mi prescindibilidad sea tan vana como la de seguir leyendo.
Que lleves duelo si no has escuchado un discurso así. No soy filósofo porque no pienso mucho en un
sentido definitivo, sólo me dejo llevar, a veces me inclino como una espiga
ante el viento. Ya se me acabaron las excusas a mi falta de voluntad. Ojalá una
de estas palabras sea bálsamo, esperanza o coraje, tres posibilidades que
puedes estar buscando. Frente a la muerte el poder se desvanece, frente a la
vida, el insaciable dolor tantálico, el masoquismo existencial. El deseo de
acércame de la lejanía para ser accesible, para ser cercano, tan próximo que se
pueda latir en un solo corazón. Que el sopor de esta lectura tenga un fin, que
sea ambicioso, que motive un paso en el combate permanente, que transforme el
mundo. Toma un poema y compártelo.
Compartiendo:
PLATÓN O EL
PORQUÉ (Wislawa Szymborska)
Por oscuros
motivos,
en
desconocidas circunstancias
el Ser Ideal
ha dejado de bastarse a sí mismo.
Podría haber
durado y durado, sin fin,
hecho de la
oscuridad, forjado de la claridad
en sus
somnolientos jardines sobre el mundo.
¿Para qué
diablos habrá empezado a buscar emociones
en la mala
compañía de la materia?
¿Para qué
necesita imitadores
torpes,
gafes,
sin vistas a
la eternidad?
¿Cojeante
sabiduría
con una
espina clavada en el talón?
¿Desgarrada
armonía
por agitadas
aguas?
¿Belleza
con
desagradables intestinos en su interior
y Bondad
-para qué
con sombra,
si antes no
tenía-?
Ha tenido
que haber algún motivo
por pequeño
que aparentemente sea,
pero ni
siquiera la Verdad Desnuda lo revelará
ocupada en
controlar
el vestuario
terrenal.
Y para
colmo, esos horribles poetas, Platón,
virutas de
las estatuas esparcidas por la brisa,
residuos del
gran Silencio en las alturas...
WISLAWA
SZYMBORSKA
(Traducción de
Gerardo Beltrán Y Abel A. Murcia Soriano)
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