En el club de ajedrez El Rey, un espacio creado para el
disfrute del juego, José Ignacio Rengifo, el fundador y jugador del club, ha
decidido hacer un libro de ajedrez. Una idea concebida por largos años. Hoy me
propuso leer el texto. Debo confesar que el autor es una persona que causa irascibilidad,
así me lo han manifestado, por cierta suficiencia que manifiesta en su actitud.
Lo considero un personaje genuino, un verdadero amante de Caissa. Esta Dríade o
ninfa, Caissa, fue creada en un poema escrito en 1763, en latín, por Sir
William Jones. En la Wikipedia se puede encontrar una versión en inglés del
poema. Garry Kasparov acostumbra decir: "Caissa estuvo conmigo"
cuando tenía la fortuna de ganar. Yo en cambio, estoy inclinado no al misterio
sino al trabajo. Miguel Tal escribió: "Al igual que todas las diosas
mitológicas, ésta también exige sus sacrificios”. Ese es el secreto del juego. Cortázar
señaló que el juego le agradaba, pero que demandaba mucho tiempo, por fortuna
se quedó con la literatura. Confieso que el juego es una actividad cognitiva
que te lleva a un estado mental especial. Estas tan sustraído del mundo, que la
ausencia se compensa con el encuentro contigo mismo. Considero que esa desconexión
de la realidad es adictiva. Pero también tengo la misma percepción con la
actividad de la lectura y la escritura, es más, una propuesta mental como un
origami o arreglar un jardín, llevan a un estado superior nuestro propio
encuentro. Otra alternativa para motivar mi intención de escribir, es asistir
al taller de literatura de la Biblioteca Darío Echandía. Me considero
afortunado por participar del dialogo y actividad propuesta por Martha Fajardo.
Este espacio es un espacio para buscar iluminación. A pesar de que puedes
llegar con una actitud opaca, selvática o enmarañada, encuentras razones para
no dejar de escribir. Podría afirmar que esta actividad, la de escribir un blog,
es una caricia a las emociones, pan para el intelecto y agua fresca a mi abatida
voluntad. Esta noche me doy cuenta, que puedo dejar un grano de arena más en la
playa. Uno que alguien podrá recoger de la solitaria duna, donde pulidos por el viento hacemos el paisaje
con los demás. Una imagen que no se va a morir del todo, porque he escrito al
viento, porque hoy me brindo un cuadro de personas y cosas que estimo, uno que
quiero seguir bordando.
Según los cánones de las pseudociencias, y también de la cotidianidad como experiencia de cualquiera respecto a los demás, como ser humano, típico, me percibo a mi mismo como situado en el puro centro del universo. Este blog es otra historia sumergida y disuelta en el anonimato universal. En algún momento alguien la leerá y emergerá nítido y genuino mi Ego. Será sólo un instante, después se desvanecerá y seré humanidad. El Egotorio, espero sea el lugar de encuentro con mi Ego.
Deláture

Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario