Siempre que me siento a colgar algo en mi blog, me es difícil
la primera frase. Pues ya está escrita. Así que puedo seguir. Me resulto urdidora
una pregunta que me hicieron hoy. Ante una frase suelta que solté, me
cuestionan por el significado. En una conversación donde el tema subrepticio
era la paciencia, atiné a decir: “el diablo sólo tiene que esperar a que todos
lleguen al infierno”. Una oración que me resultó adecuada para el tema, pero
que me pidieran explicar eso, me pareció desafortunado. Es como si alguien se
pusiera a explicar un poema, la verdad, me parece un maltrato a la imagen. Aunque
confieso que tener en cuenta el contexto cultural, social y filosófico del
autor y la obra, te dan más agudeza al percibir la imagen, tal vez siempre será
necesario el contexto para degustarla. No sé porque recibe uno esas preguntas. El
texto, así sea oral, si se le exige una operación de comprensión estará
influenciada, viciada, a lo mejor el encuentro era mejor sin esa previsión. Es
bueno leerlo por causalidad, pero sentirlo por casualidad genera otra
percepción. Me es difícil expresarme en este tema, el del trascender de las
palabras. No creo que con esto diga algo que no haya sido abordado por los
expertos. Estoy seguro que si releo el Arco y la Lira de Octavio Paz volveré a
revisar otras miradas. Este es otro libro infinito. Así llamo a los libros que
puedes releer y encontrar de nuevo algo que pasó desapercibido. Hoy el grupo de la Instantería habló de Roald
Dalh. Me dejó sorprendido que yo haya visto tantas películas basadas en la obra
de este autor, y no haya leído una sola. Tengo que admitirlo, la obra ha
influenciado a generaciones. Después del almuerzo me encontré con un conocido
que escribe poesía. Por respeto a lo que hablamos no lo llamo poeta. Es escéptico
ante su producción, pero yo diría que es sobre sí mismo. Yo igual que él
tampoco reconozco sus virtudes, y más nos inclinamos en manifestar vicios
propios. Hay un generalizado tema presente en este tiempo y lugar, así me lo
parece, es un reconocimiento interior por nuestros vicios y no por las
virtudes. Todo parece ser un truco de impacto. Lo cierto es que le pregunté si
era capaz de decir que es poeta, me dijo que no, que el trato sería excluyente,
que el paradigma actual no le brindaría oportunidades si dice que ese es su oficio.
Lo invité al taller de poesía el viernes en la Biblioteca Darío Echandía. La
conversación me puso a pensar sobre el oficio. El poeta no tiene título. Y yo,
la verdad desconfiaría si alguien aparece con alguno. Pero revisando lo que
hablamos, yo sólo llamaría poeta, al que dejó esa sensación de plenitud, al que
regaló un texto como quien te regala una escafandra, una con el equipo
necesario para sumergirte en tu propia existencia. Es así como lo siento ahora.
Pero creo estar seguro de algo, es que todos “los poetas”, se sientan frente al
papel a dejar un ejercicio de creación, que si llega el caso, dejaran que se
publique o por lo menos intentarán hacerlo, y aunque lo dejen al viento, esperaran
que por un instante haga en él lo que otro texto hizo, así se desvanezca, así
no recuerde las palabras de ese encuentro.
Según los cánones de las pseudociencias, y también de la cotidianidad como experiencia de cualquiera respecto a los demás, como ser humano, típico, me percibo a mi mismo como situado en el puro centro del universo. Este blog es otra historia sumergida y disuelta en el anonimato universal. En algún momento alguien la leerá y emergerá nítido y genuino mi Ego. Será sólo un instante, después se desvanecerá y seré humanidad. El Egotorio, espero sea el lugar de encuentro con mi Ego.
Deláture

miércoles, 30 de octubre de 2013
martes, 29 de octubre de 2013
Buscando un Estado Mental Especial
En el club de ajedrez El Rey, un espacio creado para el
disfrute del juego, José Ignacio Rengifo, el fundador y jugador del club, ha
decidido hacer un libro de ajedrez. Una idea concebida por largos años. Hoy me
propuso leer el texto. Debo confesar que el autor es una persona que causa irascibilidad,
así me lo han manifestado, por cierta suficiencia que manifiesta en su actitud.
Lo considero un personaje genuino, un verdadero amante de Caissa. Esta Dríade o
ninfa, Caissa, fue creada en un poema escrito en 1763, en latín, por Sir
William Jones. En la Wikipedia se puede encontrar una versión en inglés del
poema. Garry Kasparov acostumbra decir: "Caissa estuvo conmigo"
cuando tenía la fortuna de ganar. Yo en cambio, estoy inclinado no al misterio
sino al trabajo. Miguel Tal escribió: "Al igual que todas las diosas
mitológicas, ésta también exige sus sacrificios”. Ese es el secreto del juego. Cortázar
señaló que el juego le agradaba, pero que demandaba mucho tiempo, por fortuna
se quedó con la literatura. Confieso que el juego es una actividad cognitiva
que te lleva a un estado mental especial. Estas tan sustraído del mundo, que la
ausencia se compensa con el encuentro contigo mismo. Considero que esa desconexión
de la realidad es adictiva. Pero también tengo la misma percepción con la
actividad de la lectura y la escritura, es más, una propuesta mental como un
origami o arreglar un jardín, llevan a un estado superior nuestro propio
encuentro. Otra alternativa para motivar mi intención de escribir, es asistir
al taller de literatura de la Biblioteca Darío Echandía. Me considero
afortunado por participar del dialogo y actividad propuesta por Martha Fajardo.
Este espacio es un espacio para buscar iluminación. A pesar de que puedes
llegar con una actitud opaca, selvática o enmarañada, encuentras razones para
no dejar de escribir. Podría afirmar que esta actividad, la de escribir un blog,
es una caricia a las emociones, pan para el intelecto y agua fresca a mi abatida
voluntad. Esta noche me doy cuenta, que puedo dejar un grano de arena más en la
playa. Uno que alguien podrá recoger de la solitaria duna, donde pulidos por el viento hacemos el paisaje
con los demás. Una imagen que no se va a morir del todo, porque he escrito al
viento, porque hoy me brindo un cuadro de personas y cosas que estimo, uno que
quiero seguir bordando.
domingo, 27 de octubre de 2013
Colección de Textos
Me estoy robando una frase de un francés, unas palabras
sueltas que podrían ser otro buen argumento para escribir. La verdad no
recuerdo con exactitud la frase pero podría ser esta: “Narrar es cuestión de sobrevivencia
como lo fue para Sherezada”. Sí, es verdad, escribir puede convertirse en eso. Ayer
estuve con Alfonso Duran, Rafael Feria y su amigo Fito. Alfonso sacó de su
bolso una libreta de anotaciones. Nos la entregó diciendo que debíamos escribir,
dibujar o garabatear en ella. Cuando la recibí, me di cuenta de que eran ya
varias personas las que dejaron plasmadas palabras y dibujos en ella. En un
breve rato me di cuenta de que no era la única libreta que cargaba. Yo había tomado
la que estaba llena. Había pasado el tiempo leyendo y hojeándola. Alfonso
señaló el dibujo de Rafael, uno realizado con anterioridad. Yo no pude dejar ni una sola palabra o
mamarracho en la libreta. Al final terminamos hablando y la libreta con hojas
disponibles no llegó a mí, o si llegó me distraje leyendo y mirando. Me agradó
ese acto de guardar recuerdos de la gente en las hojas de una pequeña libreta.
Como queriendo llevarse el Zeitgeist de su gente en textos trazados por ellos
mismos. Todavía tengo curiosidad del propósito de esta colección. Alfonso sólo
mencionó que era para leer en privado, para buscar que escribir. Tal vez esté
equivocado al calificarlo con el espíritu del tiempo, tal vez no sea tan
Hegeliana la idea, pero se puede entender como el Volksgeist o espíritu del
pueblo, o por lo menos de aquel del cual se tiene contacto directo. Utilizo estas
palabras que considero son cada vez más de uso común. Esta recopilación me
recordó la de otra persona. Otra que no recuerdo el nombre. Sólo sé que nos
saludamos y de vez en cuando hablamos en la calles de Ibagué. Él, tiene una
recopilación de cadáveres exquisitos, o mejor llamados: poemas al alimón o quebrantahuesos,
esos textos hechos en grupo, pero que pueden ser dibujos u otras expresiones artísticas.
De cualquier forma, la recopilación de este personaje es singular, por realizar
con frecuencia esta labor con diferentes grupos. Alguna vez hablamos de una
exposición. Yo todavía estoy a la espera de tal acontecimiento. Hoy indagué
sobre estas técnicas y hay muchos ejemplos en la red con dibujos, música, teatro,
cine y textos. Obras que llevan una carga anímica misteriosa. Como si la
sinergia llevara un espíritu emancipador del clan que lo hizo. Lo que me parece
curioso del trabajo que vi de Alfonso, es una tendencia tanatica. Encontré poca
evidencia de una inclinación erótica. Me da la impresión de que muchos dejan
plasmado su dolor tantálico, a su estilo, pero preocupados como Kant, de su
existencia y filosofía de vida por entender la filosofía.
sábado, 26 de octubre de 2013
Un Verbo Específico
Al amanecer el autobús matraqueaba como si estuviese
moribundo. A pesar de ser ruidoso, es el sonido cíclico el que te adormece.
Como si tuvieras una serenata industrial que sustituye a los sedantes. Fui a buscar a un trabajador al sur de la
ciudad. Era un pintor que dejó algunas paredes sin retoque en la casa. Llevaba un
libro que compré de segunda en el parque Galarza. Pero me quedé leyendo el
paisaje verde de la cordillera. Cada bandazo, sacudida, me despertaba del
trance. Sé que este estado es un lugar común. Sé que a todos nos ha pasado. Sé
que todos estamos meditando, cavilando, discurriendo, fluyendo. Lo que no
entiendo es porque no se le ha creado un verbo, uno que signifique que estas en
un vehículo, que por el desplazamiento, por el vibrar cíclico que percibes del
movimiento, por el paisaje cambiante, por apreciar el cambio de posición en un
tiempo superior al de tu capacidad motriz, estas en la frontera del mundo de
tus sueños. Por sentir eso, no hay un verbo específico. Una sola palabra que en
su conjugación te de la idea de esa meditación casi obligaría, como si fuese la
ley de gravedad, que te lleva a un encuentro con lo absoluto, contigo mismo. Algunas
veces he pagado a un taxi para que a la azarosa voluntad de chofer me lleve
hasta gastar un monto fijo de dinero. Un paseo en el que dejo un sitio final de
llegada, pero dejo a disposición del taxista en que rutas retorcidas y extensas
me va gastar mi dinero. Prefiero esto con auriculares y música propia. He recibido
algunas malas caras porque solicito no ser distraído hasta cumplir con el
trato. Muchos quieren hablar con el cliente, como si fuese parte del contrato
de utilizar un taxi. A veces no estoy seguro de que quiero con este
desplazamiento, lo cierto es que busco la sensación a la que no le encuentro el
verbo. Alguna vez realicé esto en un autobús. Pero terminé en un extremo de la
ciudad muy tarde en la noche. Era la última parada y muy tarde en la noche. El
chofer se levantó de su silla y yo todavía estaba mirando a través de la ventana. Me despertó
anunciando que era el final de su ruta. Me bajé preocupado por estar tan lejos
de casa. Afortunadamente el paraje no parecía mostrar peligro. Lo curioso es la
seguridad que brinda el vehículo. Cuando te dejas llevar por ese momento no hay
peligro. Dos veces lo he realizado solicitado silencio, sin escuchar música, dejándome
caer en ese onírico espacio, donde tu personal confluencia te da una sensación
de levedad completa.
Un Pingüino En La Biblioteca
En la Biblioteca Darío Echandía, el vigilante de la noche
tiene un pingüino de mascota. Es un ser
silencioso pero exigente con su amo. De manera estricta solicita desde
el periódico del día, hasta una versión muy especial, una imitación del grimorio
de la Gallina Negra. Pero si el pingüino tiene el rigor de un monje al leer “El
Heptamerón” en el siglo XIII, su problema es la severidad con que reclama intensidad
en el aire acondicionado. Hoy asistí al taller de escritura creativa. El
pingüino al parecer tenía calor. Era el día de poesía. El frío nos venció en el
último round. Revisamos a Robert Graves, el mismo de “Yo, Claudio”. Del cual me
acuerdo porque de niño vi la adaptación de la BBC para televisión. Eso fue cuando
el pingüino no había nacido y uno permanecía más tiempo en la biblioteca. Graves
es un escritor exigente con los orígenes de la antología poética, el pingüino
con emular los vientos antárticos. De Graves leímos sobre su devoción hacia “La
Diosa Blanca”. Para empezar dimos unos giros alrededor de las venus paleolíticas.
Deseando ver en sus curvas un asomo del matriarcado en la antigua Europa. El
pingüino estaba dichoso con la conferencia, pero el público y la conferencista,
tiritaban de frío. Hablamos de Graves, de su mujer, de cómo en una habilidad
envidiable logró llevar a su amante a vivir con su esposa, de su amor por lo
femenino y de su copiosa producción literaria. Una de las cosas que me dejó
pensando, fue el poco tiempo que el señalaba tenía para la poesía. Al asomarme
otra vez al internet a leer de Graves, me tropecé con esta frase que dice mucho
de su relación entre la prosa y la poesía: “Los libros en prosa son perros de
muestra que yo crío y vendo para mantener a mi gato”. Por otro lado el
vigilante no mostraba al pingüino, era suficiente con el frío para que todos lo
supieran. Después de leer algo como: “Ahora cuando nuestros cuerpos arriesgan
un encuentro, temen desencadenar la furia de sus sentidos, y sólo en el breve
desmayo de la despedida se estremecerá tu risco o vacilará mi ola”, no se le
olvida a uno que en Wimbledon, hay algo más que un torneo de tenis con una
grama para un picnic. Robert von Ranke Graves, nació allí. Dejó su legado, el
de todo poeta, la invocación a la Diosa Blanca es el fin de todo poema verdadero.
Para el vigilante, su legado será un ensayo de cómo mantener en cautiverio un
pingüino y lograr una mirada rápida a Robert Graves. Para terminar mi pasaje
del blog, y para los poetas, dejo una frase de Graves sobre poesía. “Un poema
perfecto es imposible. Una vez que se ha escrito, el mundo terminaría”. Para el
pingüino, con el calentamiento global, un clima perfecto es imposible, pero con
un buen amo y una biblioteca todo comienza.
viernes, 25 de octubre de 2013
Me Falta Un Verbo Específico
Al amanecer el autobús matraqueaba como si estuviese
moribundo. A pesar de ser ruidoso, es el sonido cíclico el que te adormece.
Como si tuvieras una serenata industrial que sustituye a los sedantes. Fui a buscar a un trabajador al sur de la
ciudad. Era un pintor que dejó algunas paredes sin retoque en la casa. Llevaba un
libro que compré de segunda en el parque Galarza. Pero me quedé leyendo el
paisaje verde de la cordillera. Cada bandazo, sacudida, me despertaba del
trance. Sé que este estado es un lugar común. Sé que a todos nos ha pasado. Sé
que todos estamos meditando, cavilando, discurriendo, fluyendo. Lo que no
entiendo es porque no se le ha creado un verbo, uno que signifique que estas en
un vehículo, que por el desplazamiento, por el vibrar cíclico que percibes del
movimiento, por el paisaje cambiante, por apreciar el cambio de posición en un
tiempo superior al de tu capacidad motriz, estas en la frontera del mundo de
tus sueños. Por sentir eso, no hay un verbo específico. Una sola palabra que en
su conjugación te de la idea de esa meditación casi obligaría, como si fuese la
ley de gravedad, que te lleva a un encuentro con lo absoluto, contigo mismo. Algunas
veces he pagado a un taxi para que a la azarosa voluntad de chófer, me lleve
hasta gastar un monto fijo de dinero. Un paseo en el que dejo un sitio final de
llegada, pero dejo a disposición del taxista en que rutas retorcidas y extensas
me va gastar mi dinero. Prefiero esto con auriculares y música propia. He recibido
algunas malas caras porque solicito no ser distraído hasta cumplir con el
trato. Muchos quieren hablar con el cliente, como si fuese parte del contrato
de utilizar un taxi. A veces no estoy seguro de que quiero con este
desplazamiento, lo cierto es que busco la sensación a la que no le encuentro el
verbo. Alguna vez realicé esto en un autobús. Pero terminé en un extremo de la
ciudad muy tarde en la noche. Era la última parada y muy tarde en la noche. El
chófer se levantó de su silla y yo todavía estaba mirando a través de la ventana. Me despertó
anunciando que era el final de su ruta. Me bajé preocupado por estar tan lejos
de casa. Afortunadamente el paraje no parecía mostrar peligro. Lo curioso es la
seguridad que brinda el vehículo. Cuando te dejas llevar por ese momento no hay
peligro. Dos veces lo he realizado solicitado silencio, sin escuchar música, dejándome
caer en ese onírico espacio, donde tu personal confluencia te da una sensación
de levedad completa.
miércoles, 23 de octubre de 2013
Bastante Tiempo Que No Llovía Como Hoy.
Hace ya bastante tiempo que no llovía como hoy. Una
atmosfera que me pone a filosofar. José Pablo Feinmann señala: “Si se piensa en
filosofía lo que se piensa es la totalidad”. Hoy leí un poco de Wisława
Szymborska, quien me hace reflexionar sobre Feinmann ¿La totalidad no estará
limitada por sólo enunciarla? A mi parecer, la palabra totalidad, como la
frontera en el infinito, la nunca frontera, porque al ser trazada se convierte
en una parte, es un concepto grandioso para un ser humano. Szymborska, reflexiona
en las palabras. Por ejemplo, su poema, “las tres palabras más extrañas: Cuando
pronuncio la palabra Futuro, la primera sílaba pertenece ya al pasado. Cuando
pronuncio la palabra Silencio, lo destruyo. Cuando pronuncio la palabra Nada, creo
algo que no cabe en ninguna no-existencia”. Esta reflexión del significado de la palabra,
su dimensión, su alcance. Es quizá tratar de visualizar la pregunta misma de
porque escribimos. Sólo la pregunta, una bien diseñada, que al formulárnosla mejor,
deje en evidencia el trazo de algunas palabras propias, y aunque pocas genuinas,
y aunque casuales auténticas. La pluralidad que encierra la palabra se unifica
con la palabra misma. El encuentro con ellas están subjetivo y a la vez tan general,
que parecieran estar siempre en vuelo, eternamente diferentes a la vez
anterior.
martes, 22 de octubre de 2013
Wislawa Szymborska
Tengo gran
expectativa por la tertulia de mañana. La Instantería, resulta ser un agradable
espacio en la Biblioteca Soledad Rengifo, es un cenáculo que realiza su faena
los miércoles de 5:00 a 6:30 pm. El tema para mañana será: Las mujeres poetas
del mundo y la vida. Estoy agradecido por saber de Wislawa Szymborska, Premio
Nobel de Literatura 1996. Son de esos autores grandes. De esos que casi pasan
desapercibidos, porque con tantas cosas por leer, y a pesar de tener el nobel,
pues la verdad a veces te casas con un autor o un tema, y quieres exprimirlo al máximo, te
alejas de otras visiones del mundo. Gracias a la Instantería por evocar a esta
mujer. Tengo una lista de lo que quiero leer. Espero dar prioridad a Wislawa
Szymborska, ojalá mañana me den otro autor de este calibre. Para cualquiera que
lea esto, mi concejo es que vaya y lea algo con la plenitud para salvar el día.
Algo tan eterno como el grito de Horacio. Dejo el link abajo para quien quiera
ver algunos de sus poemas. Las traducciones no le hacen mella. Dejo un poema
suelto que extraje de allí. Es un pequeño truco para salvar el texto de hoy en mi blog.
Cálculo Elegíaco
Cuántos de los que he conocido
(si de verdad los he conocido)
hombres, mujeres
(si esta división sigue
vigente),
han atravesado este umbral
(si esto es un umbral),
han cruzado este puente
(si se puede llamar puente).
Cuántos después de una vida
más corta o más larga
(si para ellos en eso sigue
habiendo alguna diferencia),
buena porque ha empezado,
mala porque ha acabado
(si no prefirieran decirlo al
revés),
se han encontrado en la otra
orilla
(si se han encontrado
y si la otra orilla existe).
No me es dado saber
cuál fue su destino
(ni siquiera si se trata de un
solo destino,
y si es todavía destino).
Todo
(si con esta palabra no lo
delimito)
ha terminado para ellos
(si no lo tienen por delante).
Cuántos han saltado del tiempo
en marcha
y se pierden a lo lejos con
una nostalgia cada vez
mayor.
(si merece la pena creer en
perspectivas).
Cuántos
(si la pregunta tiene algún
sentido,
si se puede llegar a la suma
final
antes de que el que cuenta se
cuente a sí mismo)
han caído en el más profundo
de los sueños
(si no hay otro más profundo).
Hasta la vista.
Hasta mañana.
Hasta la próxima.
Ya no quieren
(si es que no quieren)
repetirlo.
Condenados a un interminable
(si no es otro) silencio.
Ocupados sólo con aquello
(si es sólo con aquello)
a lo que los obliga la
ausencia.
De "Fin y principio"
1993
Versión de Abel A. Murcia
Extraído de http://www.amediavoz.com/szymborska.htm
lunes, 21 de octubre de 2013
MITRIDATISMO
Mitridatismo. Que palabra más extraña. Hoy estuve pensando
en esa idea. Esa fue la palabra del día, por Ricardo Soca. Mitrídates VI,
Eupátor, ingería veneno a dosis bajas y las incrementaba al pasar el tiempo. El
propósito era ser resistente al mismo. Cuando Mitradates intentó suicidarse, ingirió
una gran dosis de veneno. Motivado por las intrigas y complots propios de una
corte. No pudo lograrlo. Su técnica funcionó. Era inmune al veneno y tuvo que
pedir a su esclavo que lo asesinara. La muerte como salida a la angustia por la
lucha del poder es una solución dramática, pero el tema de prever un tipo de
muerte, una forma de enfrentarla, y luego utilizar su fortaleza como si fuese
una debilidad, es interesante, es una buena historia. Hay un conflicto en usar
la solución como problema, o el problema como solución. Siguiendo ese tipo de
juegos, Pierre Bourdieu, señala que somos clasificadores clasificados por sus
propias clasificaciones. Es decir, que la búsqueda indica también quien busca.
Algo así como, quien haya llegado a este blog (sin ser invitado precisamente
por el autor, claro está), puede estar siendo elegido por su elección a la hora
de elegir. Este tipo de juegos de inversión, entre causa efecto, o sinónimo antónimo,
o de extremos. Resulta llevar tu discurso a un gran nivel. Podría caer en la
apariencia, pero es como el oxímoron, la frase final dice más que una
presentación sencilla de los extremos por separado. Estoy seguro que esta técnica existe, y debe
estar escrita en algún texto de filosofía o de filología, o tal vez una
pseudociencia de las que tanto se escribe, porque considero que se vende más de
estos libros que de los científicos. En fin, creo que es como la explicación
del Tao, para explicar la luz se hace necesaria la oscuridad, para explicar la
oscuridad se hace necesaria la luz, para explicar el conjunto, el camino, el
método, es necesario conocer extremos de la dualidad, pero cuando pones la
dualidad en conjunto obtienes más que sus elementos por separado o comparados.
Bueno, voy a dejar hasta aquí el pasaje de hoy, ya lo abordaré otra vez, tal
vez sin darme cuenta. Ojalá encuentre una buena historia.
domingo, 20 de octubre de 2013
UN DOMINGO FAMILIAR
Un domingo familiar. Hace tiempo no almorzábamos todos en
casa, mi padre, mi hermana, mi cuñado, mi sobrino, mi hermano y mi cuñada. Realizando
este pasaje para el blog, me doy cuenta de es fácil ser juzgado por lo que se
escribe y piensa. Digo fácil porque no es literatura, ni tampoco una columna de
opinión donde te enfocas en un tema. Es un riesgo, así lo veo, expresar de
manera abierta tus ideas. Es un extraño parecer el mío, lo sé. Por otro lado,
hoy percibí la energía que tienen los niños. Mi sobrino con su idea de ser
ninja, un ninja de dos años y medio podría pensarse inofensivo, pero no es así,
es una representación muy peligrosa. Después de recibir unos golpes en la cara
y hasta escupitajos, fue una experiencia de amenaza permanente. La cosa empezó
algunos meses atrás, cuando los primos de mi sobrino le mostraron algún film de
artes marciales, una película con esos sicarios que andan en trusa. Luego,
apareció un remake de las tortugas ninjas, no sé cuál es el canal que presenta
estos comics, pero por seguridad se deben bloquear. Sé, a lo sumo, que estos
consejos no los ha tomado mi hermana. Pero yo, en compinchería con el disfraz
que le compraron para las fiestas de Halloween, le hice dos estrellas ninjas en
origami. Nunca me resultó más gratificante hacer algo en papiroflexia. Ni
cuando hice un rosa para cortejar a una mujer. Ese par de estrellas me lo quitaron
de encima. Creo haber dejado de recibir unas mil patadas y dos mil puños. Eso demuestra
que en la guerra el arte es superior a las armas. Bueno, aunque en esa cabecita, las estrellas eran de verdad. Lo cierto es que se puso a lanzar sus estrellas y
logre tener descanso. Aunque el lanzamiento de estrellas de papel de un niño de
dos años, es más azaroso que el clima acá en el trópico, nunca se sabe que va a
pasar. Al caer la noche, nos fuimos al centro comercial, como si caminar sin
sentido entre la gente fuera una actividad regocijante. En fin, me encontré con
Ricardo Arias allí. Hablamos de todo un poco. Luego lo dejamos en el terminal
de transporte y volví a casa. Un almuerzo familiar. Lo mejor.
JUECES DEL 'CARTEL' DE PALOQUEMAO
Quisiera escribir una atmósfera misteriosa y mágica. Es un
reto para mí. Hoy pensé en varios temas que generaran una vibración singular.
Pero creo estar equivocado, no es el tema, es como lo cuentas. Al volver a
reflexionar sobre esto, me doy cuenta de que uno se puede equivocar, cuando no
ha resuelto bien cuál es el problema. Ahora sé qué debo hacerme las preguntas
correctas. A veces cuando revisamos el sistema social actual, el problema
práctico y teórico que encontramos es simple: poder. Averiguar quién lo
controla, como llegó a él, saber cómo se utiliza, cuales son los medios empleados,
y cuáles son los fines que persigue. Hoy el titular del periódico el Tiempo: “Jueces
del 'cartel' de Paloquemao”, deja una gran incertidumbre institucional, que nos
resigna a una visión pesimista y de duda. Hay un sabor de que es imposible una
situación peor. Cuando la sal se corrompe, cuando la ignominia de nuestro
pueblo es inefable. Te preguntas: ¿qué ha pasado para llegar a esto?, llegar a
la duda del sistema, del modelo de Estado, del régimen, de que directrices hay
en los aparatos ideológicos, ¿porqué somos tan vulnerables. La historia y la
literatura son implacables al narrar que esto ya pasó, que volverá a pasar,
porque viendo la advertencia señalada, no se pudo evitar. ¿Qué pasa con nuestra
capacidad deliberativa y decisoria?
viernes, 18 de octubre de 2013
IBAGUÉ GRACIOSA Y DELIRANTE
Hoy encontré una Ibagué graciosa y delirante. Sofocada bajo
el sol y el desorden. Estaba contento en el carro entre músicas y gritos. Entre
los claxon y bullicio de la calle. Por momentos perdí el balance, por momentos
permanecí aturdido, por momentos quedé desamparado, pero existieron momentos
con escuadrones de luz. El calor te deja embriagado por momentos. Pero a las
cinco de la tarde ya la cordillera nos protege del sol. Sólo queda el bullicio
que aumenta por llegar hacer la hora pico, la hora de salida de todos. Otra
idea infecunda de las que se me ocurren, es que debería existir un horario
escalonado, es decir, diferentes horas de salida. En lugar de salir todos entre
las cinco y seis, el horario de salida debería ser desde las cuatro hasta las
siete y treinta. Alguien debe tomarse en serio las estadísticas y dar una orden
que le dé un balance a la jornada. Tanto coches, tanto bullicio. Ahora que
reviso este primer párrafo me parece despreciable y fatal. Pero hoy fue otro
día de diligencias. En la noche, las cosas mejoraron. No sé cómo resulté con un
poema. Debo confesar, que aunque no fui hoy al taller de literatura, hice la
tarea.
PASEO CON LA LIBÉLULA.
Estuve paseando con una libélula,
sobrecogido con el vibrar de sus alas iridiscentes.
Me regaló una centella de espuma,
una chispa entre dos comillas que ansiaban citar a Lorca.
Olía azul, así lo sintió mi mano.
Deseaba escuchar el vapor de sagitario en su dorso,
el minotauro posó sus manos en sus caderas.
La membrana de sus alas se tensionó con el sórdido bufar,
La membrana de sus alas se tensionó con el sórdido bufar,
batió sus cuatro alas para exponer su ombligo
Seguí candoroso para verla volar
Le conté que guardaría una mariposa en mi insectario,
que sería más suave que el viento que la hace volar.
La libélula guardó sus caballitos de plata, en zapatos
negros, cerrados.
jueves, 17 de octubre de 2013
EL PRIMER LÍMITE QUE CONOZCO DE LA IMAGINACIÓN
Todavía critico el tiempo con desenvoltura. Aún petrifico
sonrisas en mi memoria. De ayer me quedó la de Luisa Fernanda Delgadillo. Cuando
propuse recitar la coreografía de: Era Una Ballena Gorda, Gorda, Gorda, de Luis
María Pescetti. Hoy fue día de cine. Mi padre es cinéfilo. Cosa que comparte
con mi hermano. Yo por el contrario no creo haber visto tantas películas como
ellos. En el Hotel Casa Morales, desde hace más de nueve años, se reúnen para
ver películas, el grupo es coordinado por Benjamín Arciniegas. El tipo de
presentación es de una tendencia alejada de Hollywood, la mayoría de las veces,
claro está. Hoy los acompañé a ver Monsieur Batignole. Un film de los años
cuarenta. Si el holocausto dejó algo bueno, fueron las historias. Esta historia
es la de un francés común, un charcutero al que el destino lo lleva a salvar a
Simon Berstein y dos primas, tres niños judíos que sorbieron al genocidio. Me
agradó la película. En castellano el film se comercializa con el nombre de: “los
niños del señor Batignole”.
El día fue ajetreado con diligencias en la EPS. Hoy revisé el
Tractatus logico-philosophicus de Wittgenstein, es uno de esos libros que te
tomas con paciencia. Es un texto catalogado como de filosofía. Se encuentra de
formato pdf en la internet con facilidad. Es un libro que contiene física,
ética, mística, todo inmerso en filosofía. La corriente filosófica en la que se
circunscribe es el simbolismo. Naufragando hoy en este tema. Llegué a que los antecesores
del simbolismo, y que algunos los califican de estar ahí, son: Baudelaire, Verlaine,
Rimbaud, Mallarmé. Siguiendo de brinco en brinco por la Wikipedia llegué a la
sinestesia. Una de las cosas que me pareció interesante fue el experimento Psicológico
de Wolfgang Köhler. Aquí dejo la página para quien quiera haga el test. Sólo
deben buscar a la derecha a Kiki y a Booba. Sinestesia. Este experimento
te deja una sensación de conectividad entre los sentidos. Cuando quise saber
que era la sinestesia. Me encontré con un tema muy especial. La idea es que la sinestesia
la capacidad de percibir sensaciones diferentes a las que corresponde el sentido.
Es como escuchar colores, oler sonidos, saborear texturas, palpar olores. La
sinestesia se produce con drogas. Las psicodélicas, el LSD, la mescalina y los
hongos pueden producir esto. También existen estados alterados como la
depresión donde se presenta. Ahora recuerdo que en el Taller de literatura,
alguna vez hablando de los poetas malditos, tocamos el tema del absenta, la
bebida de ajenjo. Ahora encuentro que hay ciertas manifestaciones de sinestesia
en los poemas. Pero la duda de si son
manifestaciones de imágenes poéticas o una declaración de sinestesia en
narrativa que se coló en el poema, te deja cierta incertidumbre. La cosa es que
hay una evolución del lenguaje, así lo llamo yo. Cuando le ponemos nombre a
los objetos, al parecer no es un acto arbitrario, es decir, no sólo juega la
razón, sino también la sinestesia. Volviendo al simbolismo, el Tractatus pretende
usar el lenguaje con perfección, así lo veo yo. Partiendo de la unicidad de
significado, se establece unos axiomas para mostrar
la estructura de la proposición en relación con la estructura del hecho. La
verdad, si alguien está interesado, mejor que lea el libro por sí mismo.
Dejo una frase del libro: “2.022 Es claro que por muy diferente del real que se
imagine un mundo debe tener algo –un forma- en común con el mundo real”. Este
es el primer límite que conozco de la imaginación. Nada puede ser imaginado sin
que no tenga algo común al mundo real. Me podría arriesgar a decir: si no se
imagina no existe.
miércoles, 16 de octubre de 2013
HOY LLEGÓ EL DIABLO
Hoy llegó el diablo. El mecánico del viejo carro de la casa.
Es un sobrenombre áspero y pesado de llevar. Supongo que lo tiene desde la
infancia. Lo supongo porque atiende a él con naturalidad. El viejo carro de la
casa es un Renault 21. El diablo reparó el motor de arranque, tenía problemas
con el inducido, las escobillas estaban como nuevas. Cierta vez que el carro
requería una reparación, cosa que es frecuente en un coche con más de veinte
años, estaba yo leyendo a Dan Brown, Inferno, cuando se me acercó a preguntar
que leía. Le dije: -un manual para
negociar con el mecánico-. Me miró con extrañeza. Cerré el libro y le
mostré la tapa. Soltó su risa, y yo reí con él. Aunqué su risa es la de un
demonio vulgar, cobró como si fuera su alter ego. Hoy volví a ver otra vez la tarifa del doctor
Jekyll, cobrada por míster Hyde. El carro esta tan viejo, que si Virgilio o
Dante dieran su paseo con él, seguro lo hubieran tirado al rio Aqueronte,
porque ni un dracma recibirían por él. Espero me disculpen mi fantasía efable.
Pero continuando con este tipo de visiones, hoy me tropecé con otra idea vacua.
Al quedar frente al semáforo, al ver al figurín de hombre de rojo, me refiero
al dibujo de lucecillas rojas que forman la silueta de un hombre. Rojo y quieto,
verde y caminando. Me pregunté porque tenía que estar quieto, ¿será qué sólo
con el rojo basta?, Bueno, yo no sé de semiótica, pero imagino que si el muñeco
en verde camina, porque el rojo no baila. Es que uno no se puede quedar quieto
viendo una silueta que le recuerda el tiempo yermo mientras espera. Debería estar
haciendo unos pasos de break dance o alguno de tango. Bueno, para facilitar las
cosas se podría poner un buzón virtual en la red. En la página de los semáforos
en rojo. Donde la gente puede votar porque tipo de baile puede hacer el
figurín. A lo mejor el tiempo no te fustigue con la pesadez de ver pasar carros
y puedas llevar el ritmo del hombre de rojo. La cosa es que me estaba
imaginando eso cuando iba hoy a la tertulia de la Instantería. Es un espacio
cultural que se desarrolla en la biblioteca Soledad Rengifo. El grupo lo conforman, hasta donde sé, Luisa Pérez, Eder Cervera y Alfonso Durán. Hoy el tema fue Luis
María Pescetti. Presentador y cantautor para niños. Llegué convencido de que haríamos
la coreografía de: "Era Una Ballena Gorda, Gorda, Gorda". Bueno, si tiene hijos o
si tienes el niño mientras la ves, sabrás de qué hablo. Otra canción para aprender
es la del niño caníbal. También tiene textos para adultos y una muy buena página
por internet. Voy a dejar los links.
http://www.youtube.com/watch?v=qTlXam7diNI El niño caníbal
http://www.youtube.com/watch?v=fxw0JNSOS5Y Era Una Ballena Gorda, Gorda, Gorda
martes, 15 de octubre de 2013
UN PARTIDO TEDIOSO
Hoy, el día creció con el fragor de un partido baladí, como
la espuma de un medicamento efervescente. Falso e innocuo. Creo que perdí más
de noventa minutos. Ese cuento de llegar ser una cabeza de serie en el mundial
de fútbol, es un espejismo memo. Esperé
el juego convenciéndome que también podría agitarme por unos segundos. A pesar de
tener un hombre de menos e ir perdiendo por un gol, al final fue un sentimiento
nimio. La verdad, el próximo partido, el repechaje de Uruguay, tendrá más
sentido. Creo con esto entender la ludopatía. Si no hay nada en riesgo, no vale
la pena jugar. Esto me hace recordar el poema “Si…”, de Rudyard Kipling. Creo
que es muy popular. Yo lo conocí en el 93, bajo una publicación de las selecciones
del Reader´s Digest. Volviendo al partido, al ver el mejor esfuerzo de los
jugadores, porque así lo creo. Quisiera expresar que sentí eso. No abrigué como
dice el poema: “Si puedes llenar el minuto con sesenta segundos de esfuerzo
denodado, tuya es la tierra y cuanto en ella hay, Y, más aún, ¡serás un hombre hijo mío!”.
Lamento decirlo, incluso para los que vibraron, que fue un tiempo yermo. Sé que los que no gustan del fútbol me lo
reclamaran diciéndome: “!Quien lo manda a ver fútbol!” porque así me lo han
dicho amigos y vecinos que no gustan de este juego. Creo por hoy, sólo por hoy,
que tenían razón. Además tengo otro argumento. Hoy al finalizar el partido,
escuché tan sólo un par de claxon. No fue el carnaval que escuché el viernes.
Con lo que me acuerdo, que Juan Fernando Duque me señaló que escribiera sobre una
idea loca que le comenté ese día. La idea, al ver semejante desorden, porque hay que ser sinceros, nuestro
tropicalismo es peligroso cuando nos vamos a los extremos, que debíamos cerrar
la avenida quinta, la más importante en Ibagué, ciudad que ahora propongo como
piloto para esta idea. Una vez cerrada la avenida principal, se prohíba también
el transporte en vehículos privados y de motos, todo esto, una vez termine el
partido. Que la alcaldía, en retribución a su medida coactiva, promueva plataformas
con espectáculos, como cualquier feria o fiesta, como la del San Juan que es
tan importante para la ciudad. Concluyendo, la idea es que se pueda celebrar a
pie, sobre la avenida, se pueda festejar si exponer a otros al estado de
embriaguez. Un festejo que deje de ser agresivo, porque así lo percibí cuando
se tomaron la avenida tercera que es peatonal. Era una horda de motocicletas
que ensordecían con sus pitos y sirenas. No me quejo por el ruido. Pero la
descripción es para hacer la imagen que debe llevarse el lector de mi idea. Sí,
Yo prefiero una avenida cerrada, con orquestas, con vendedores ambulantes, con
un caos típico, pero controlable, con menos botellas de motocicleta a
motocicleta. Bueno, esta puede ser otra idea no fecunda. Pero tal vez alguien
la lea y la promueva, y revisando las estadísticas de accidentalidad me den la
razón. Por otro lado, es muy triste para mí saber que escribí sobre esto. ¡Que esterilidad!
lunes, 14 de octubre de 2013
LEY DE CONCIENCIA POR OTROS OFICIOS
Un domingo fugaz. Hoy
aprovechamos para ir a piscina. Bueno, era algo más que piscina. El encuentro
fue en un baño turco. Digo encuentro por ser el lugar de aglutinación del
grupo. Elizabeth Molano, Estela Laguna, Diego Fernando Guzmán, Carlos Julián
Ospina, Ángela María Ospina, Miguel Ángel Viña y yo. Es curioso que al terminar
la lista del grupo me surja esta pregunta: ¿estará bien usar nombres propios,
con apellidos y todo? Respondiéndome esa pregunta, encuentro que podrán
reclamármelo más adelante, por ahora sólo me interesa saber si resultará
monótono para un blog tantos nombres, si realmente aportan a esta actividad del
egotorio. Bueno, es una pregunta que responderé con el tiempo. Debo mencionar
que la diversión fue a cargo del anfitrión Juan Fernando Duque. Acepté su
invitación a salir a “turquiar” como le llámanos. Una actividad que es
gratificante por la compañía, por hablar de cosas que provocan resultados
etéreos, u otros más concretos como este blog.
Pero compartir en grupo con amigos es la actividad más humana, una
actividad que evoca a neandertales en una gruta, tal vez en Asturias realizando
una pintura rupestre o alrededor de una fogata en la playa. Aunque todavía no
tengo respuesta por parte de mi psiquiatra de porqué debo reducir mi
socialización. Lo interesante de hoy fue
que imagine una Ley. Si, un texto de los que se discuten en el Senado. La Ley
que me imagino se llamará: Ley de conciencia por otros oficios. Mi Ley, (ese “mí”
hace que le tome cariño) será que las personas tomen consciencia del oficio que
realizan otras. Con oficio, me refiero a las profesiones y quehaceres de toda
naturaleza. La idea es que por ejemplo: Las maestras de jardín infantil o de guarderías,
esta última palabra, “guardería”, pareciera señalar el sitio en el cual
despectivamente se guardan a los niños. La idea es que estas maestras se vayan
por un día a ser alcaides o carceleras en cualquier prisión, y de igual forma, los
guardianes o carceleros vayan por un día a ser maestros de infantes. O que lo
jueces fueran prefectos de disciplina en un colegio, y los prefectos fueran
jueces por un día. Otro cambio sería los bibliotecarios por camareros y
viceversa. El Psicólogo por el barman, bueno, este ya suena a lugar común, voy
a tratar con un cambio un poco más radical. El abogado por el contador, este
último cambio es porque conozco estudiantes de derecho con aversión a los
guarismos, y conozco contadores con aversión a las leyes. En fin, estaba
pensando en el soldado por el artista. La
idea resultó de saber si una persona que prestó servicio militar puede tener
una imposición castrense que obnubile su sensibilidad, o que por otro lado, un
artista no asimile una actividad marcial así no le encuentre propósito o
sentido. Es una discusión pasajera la que presento, pero su controversia es
profunda. La discusión me llegó por la objeción de conciencia. Me parece una actitud
superior actuar de modo beligerante pero conforme a derecho. El rechazo a una
obediencia por la cual no siento un deber ser, es una categoría superior de
cordura, un modo superior de ser. La ética que lleva a una desobediencia me
resulta interesante, el juicio de valor, la decisión que se toma desde la esfera
personal, que se impone a las normas jurídicas por considerarlas contrarias a
tu ética, es un ejercicio filosófico sugestivo. Pero saliéndome de la extensa
discusión que podría resultar del tema, sólo llegué a una pequeña idea. Qué la
Ley de conciencia por otros oficios debía empezar por la milicia. Si, por las
fuerzas armadas. El argumento por ahora es la posibilidad de masificar la idea,
es decir, quiero que todo soldado antes de salir de prestar servicio, realice
una actividad cultural o artística. No estoy diciendo que no se realicen este
tipo de actividades allí, ni que allá no se tenga sensibilidad, no. Lo que
señalo, es que sería un requisito especial, sólo uno, que para terminar el
servicio se entregue o pruebe que realizó una actividad de tal carácter. Con
esto, obligaríamos a todos los que prestaron servicio, cosa que yo no hice, a
que hicieran parte por un momento de las razones por las cuales prestan su
servicio. Apelar a su conciencia noble, a su espíritu, a buscar un sentido por
tomar las armas en una obediencia democrática. A entender si se es vigía en contra
de la adversidad, si es el guardián de la dignidad de su familia. No estoy
diciendo que no lo sepan, ni que no los necesitemos, ni que su actividad no
demuestre humanidad. Estoy buscando un fin. Uno que le recuerde su lealtad por
la Ley. La Ley que lo puso a cargar un fusil, a caminar en la selva, a soportar
lenguas heladas de viento en el páramo. La que sabiendo, que a todos la
conciencia nos hace cobardes, tiene que ir él al frente, ingenuo de las fuerzas
de autoridad, incauto de saber que
abandera las relaciones de poder y sólo con la soberanía de su conciencia, obedecer
hasta donde se lo permita, y defender la voz de su pueblo, la del artista. Si,
sobre todo la del artista que no sabe que alguien custodia el escenario, que
cree que no lo necesita, que los cree esbirros del poder y no sabe que el
escucha, que escucha tan claro que ofrece su vida para que él sea escuchado,
que también se ve incomprendido y espera que el siguiente acto si lo entienda. En
fin, que recuerde el decoro con el que otros expresan su sentimientos y su
ideas. Las expresiones de su pueblo. Bueno, sin discutir más, lo que quiero es
que se masifique la actividad de arte. Que fuesen por un día, mimos, bailarines,
coreógrafos, directores de teatro o cine (con un celular pueden hacer fácilmente
una historia), guionistas, escritores, compositores, músicos (una serenata a su patria no se puede
dar con armas) o presentaciones musicales, exposiciones de pintura,
declamadores o poetas. En suma, que cuando recuerden haber prestado su servicio
y se le pregunte que oficio resguardó, digan contentos: la fotografía. En una sola frase corta. Como
revelando en su memoria el día que dio una producción humana que lo identificó
con su género, que dejó una idea o emoción en el mundo, una que compartió con
otros. Ahora bien, la respuesta corta y contundente podría ser también: pintura, dibujo, teatro, canto coral, el
dibujo de comics, la música sinfónica, diseño de modas, la narrativa, la
poesía. Sé que el sentido de la estética podría estar perdido, pero lo humano
se rescataría, y tal vez el humano. Luego, se reirán de sus presentaciones o
cuenten con candidez su promesa estética o su objeto de arte. Es bueno que
alguien que pueda fácilmente hablarte de guerra, pueda conversar de un hobbies
que le dejó la experiencia, de su aprecio por una actividad de paz, de sentir como
niño jugar a ser pintor. Espero que alguien no lo tome a mal, no soy un
subversivo de las bellas artes. Sólo quiero una Ley macondiana, una que le de
valor al espíritu. Una que inicie el fin de los ejércitos, una que proponga
otros juegos a los niños. La guerra es un juego de niños, de niños que juegan a
la guerra y siempre seguirán siendo niños.
domingo, 13 de octubre de 2013
CORIOLANO
“A
mis más nobles amigos, suplico perdón;
en
cuanto a la chusma maloliente y veleidosa,
que
se vean reflejados en mí, pues no soy
espejo
adulador que les engañe. Lo volveré a decir,
tratándolos
así, estamos cultivando la ruina del Senado,
la
cizaña de la sedición, la revuelta y la insolencia
que
nosotros mismos hemos labrado, sembrado y esparcido
al
dejar que se nos acerquen, a nosotros, los nobles y elegidos,
que
sólo carecemos de aquella virtud y autoridad”
La palabras de Coriolano hacia el pueblo que lo
destierra (3, I, 68-77)
Hoy me vi Coriolanus, dirigida por Ralph Fiennes.
Una magistral versión. Recomendada. Es una adaptación cinematográfica británica
de la tragedia Coriolano de Shakespeare. Ralph Fiennes además la protagoniza. Creo
que serían unas buenas palabras para empezar un discurso en una tiranía. Ya me
imagino un acto así por parte de un Ministro de Defensa. Un escenario
descabellado, pero con la xenofobia que parece emanar de nuestros dirigentes.
Espero estar equivocado en esa afirmación. Pero muchos estarán de acuerdo que
nuestros dirigentes así lo demuestran. Que el desprecio que profesan por la
plebe duele más con las acciones de corrupción, que mi hipotético discurso de
golpe de estado. Una alocución que yo empezaría así. Claro está, en caso de que
me diera el “síndrome de Uiriburu” (me pareció que de todas las dictaduras de América
Latina este era un nombre muy sonoro, me refiero a la dictadura de José Félix
Uriburu). Los síntomas de este síndrome se han percibido en Colombia a comienzos
del siglo XXI, pero no pienso discutir sobre eso. Sólo quiero imaginarme un
discurso con fuerza y por la fuerza, un relámpago en la médula No quiero
frases prefabricadas que cohesionen un discurso, que mantenga los abyectos
problemas de siempre, la pobreza, la injusticia, el populismo. Tampoco quiero
la lucha discursiva de potenciales géneros políticos. No, yo me imagino una
presentación discursiva fulminante, una que tengamos que oír por la potencia
del conflicto que acaece, uno imaginario, un golpe de Estado por ejemplo. Uno
que no reconozca la presencia del otro. Que no la reconozca porque manifiesta
abiertamente hacerlo. Que el pueblo sumiso deba aceptarlo. Que por un momento
esa humillación y ese desprecio que exhiben con el saqueo de las arcas del
pueblo, sea un acto leal y fiel. Un acto donde estaremos seguros que la
coacción ideológica y por la fuerza, llegó como una peste que debemos padecer.
Que la plaga exponga a los muertos como sus verdaderas víctimas. No que tengamos
que hacer cálculos de que se puede hacer con la plata perdida. Bueno, ya sé que
me hizo mal la película. De todos
modos Shakespeare siempre lo
deja a uno reflexionando.
sábado, 12 de octubre de 2013
3-3
Terminó la semana. Digo esto siendo el viernes. El país
enloqueció con un empate 3-3 con Chile. Lo que nos da la entrada al Mundial de
Fútbol. Empezar con un 3 en contra es complicado. Tengo la teoría, al mejor
estilo de John Grisham, Informe Pelícano,
que todo estaba calculado. Que todo era un arreglo de Estado. Que el acuerdo
era quedar 3-3 y que Chile iría al mundial con Colombia. Sólo habría que volver
a ver los últimos 5 minutos del partido para llevarse esa sensación. Por otro
lado, salimos con Juan Fernando Duque, mi hermano y mi cuñada a recoger a un ornitólogo
amigo de Juan Fernando y a dar un paseo. El recorrido fue pausado. Cada par de
minutos, en cualquier calle, salían a festejar como si hubiésemos ganado el
mundial. Ese escenario te cuestiona de manera particular, y creo que es una
pregunta “lugar común”. Estoy seguro que uno de cada diez que lean este pasaje
(donde creo no serán más de cinco) se han hecho esta pregunta, o por lo menos
así me lo cuestiono. Bueno, y si usted no lo ha hecho, la pregunta es: ¿Qué pasaría
en Colombia si ganamos el mundial? Una pregunta que está embaraza de alegría para
cualquier país. Pero sospecho, por ser colombiano, que me da estupor pensar en
el caos, en los muertos, en los heridos. Todas las tragedias que vienen anudadas con la fiesta. Las que se esconden tras bambalinas de la
celebración. Espero me perdonen el cliché de esta cuestión, pero ayer alcancé a ver algunas. Como si fuera un cíclope. El testigo del licor que se pasaban de motocicleta a motocicleta. El pasajero de automóvil que tuvo que subir el vidrio en la ventana. Que se encerró en el coche porque lo sorprenderían con un
puñado de harina de trigo, una nube como la de los devotos hindúes en el templo
Radha Rani. La diferencia es que en la India el objetivo es el cielo, se arroja
polvo de color a las alturas. Aquí piensas que estas en guerra, que es un
ataque con gas mostaza. Que con los ojos enceguecidos, la garganta seca y los
pulmones atiborrados tienes que dar una sonrisa porque es celebración.
Quedé contento con el día, hoy leí poco, pero fue un buen
cuento, bueno releí porque ya lo había leído, “El procurador de Judea”, un
cuento de Anatole France. Un texto de una antología francesa que anda por el
anaquel. Ando buscando un tema para golpear el teclado. Saqué ese libro al azar.
Un buen cuento, pero muy poco para hoy, por ocupaciones haciendo diligencias de
rutina, las necesarias para la casa. Fue un día un leve, ligero, sin mucho de qué
pensar. Algo parecido a empatar con dos penaltis. Algo como salvar el partido y
entrar al mundial. Algo que ya era seguro, pero se necesitaba ratificarlo. Algo
por autoestima, y por enfrentar días que no son tan regocijantes como lo
esperas. Porque hay días como ese 5-0 con Argentina, o ese 1-1 con Alemania,
esos sí que fueron días.
Espero con este texto, un más propio. Uno con perfume de blog, por lo menos uno
personal. Uno que responda a la idea del Egotorio. Que tenga mis confesiones políticas, musicales
y de familia, lo que sea, siempre y cuando sea mi propio encuentro. Disculpen
lo del 5-0, es que a veces nos aferramos al pasado y no disfrutamos el presente. Tengo la hipótesis de que tengo una andropausia prematura.
Habrá que ver como estarán las hormonas en el mundial.
EDITOR Y ESCRITOR, ¿UNA O DOS MANOS?
Es curioso tener que revisar el día para el contenido del
blog. Un diario refugia la intimidad y apoya a tu memoria cuando de volver atrás
se trata, o puedes ver donde tiraste la basura, pero confieso que pongo límites,
es una esfera que no sé si es de cristal o de jabón, pero sin duda percibo
cierta fragilidad, habrá que ver que me dicen los pocos atareados amigos que lo
lean. Lo interesante es rematar el día con una actividad que pueda sublimar el
estar contigo mismo. Hoy leí a Eco, un ensayo sobre Montecristo, la novela de
Dumas. Debo confesar que la primera frase me dejó aturdido: “Una novela mal
escrita”. Recuerdo que cuando me la leí, devoré ese libro en un par de días.
Bueno, a mí no me pareció tan mala. Eco te pone pensar sobre ¿Qué entiendes por
literatura? Un tema bastante subjetivo para mí. Pero además aclara ¿Qué entiendes por una
narrativa de alto valor literario? una cosa muy compleja viniendo de quien
viene. Sé que la pregunta es difícil y sé que me la haré otra vez, no sé cuándo,
pero es recurrente cuando hablas con alguien que escribe. Pero sólo se que leyendo
puedo responderla. Volviendo a Eco, el señala que fue Maquet el que guió a
Dumas a sacar ventaja en lo narrativo. El ensayo se llama: "Elogio del
Montecristo". El tema es el típico de editor vs escritor. Parece ser que el
secreto en narrativa es seguir esculpiendo el mármol para hacer más ágil el
texto. Una discusión parecida me envió por correo Daniel Padilla. Era el link a
la revista “El Malpensante”. Donde Baricco publica un artículo: “El hombre que
reescribía a Carver”. Vuelve y juega el tema, una tijera con sentido de la
estética y la mano intrusa que ¡Touché! asesta el golpe con la perplejidad de
un gol. Conclusión: podar bien los textos y tener la suerte de un editor como Gordon
Lish. Es claro que ninguno de los dos, Baricco o Eco, le quitan mérito al
editor o al oficio. Lo bueno es que tengo un tema de esos eternos para plantear,
pasar el rato y disfrutar.
Nota: si alguien lee esto y el artículo, no será que Baricco
quiso decir que: Raymond Carver y Gordon Lish eran Jerry y Bill.
Aquí dejo el
link de la revista: http://elmalpensante.com/index.php?doc=display_contenido&id=109
Si alguien está interesado también dejo aquí como llegar al
de Eco. El libro es: “De los espejos y otros ensayos” Se puede ver por Google
Books. ELOGIO. DEL. «MONTECRISTO»
viernes, 11 de octubre de 2013
CARPE DIEM
Hoy naufragando en la
internet volví a Whitman. Recordé el viejo y descolorido libro que le compré a
Ricardo Arias. Fue un día antes de salir a regatear libros de segunda. Una
actividad que compartimos algunas veces en el año. Ricardo y yo somos
afortunados de ser de una generación que conoce el libro. Creo que las próximas
lo verán como reliquias, como la tecnología de conocimiento de los abuelos, las
herramientas de celulosa que se exhibirán en los museos del futuro, los que ahora
son bibliotecas, aunque la verdad creo que estos espacios mutarán y se
beneficiaran de la tecnología. Lo que si no se, es que pasará con el libro. Lo
cierto fue que me cansé de la pantalla del computador y saqué el libro de la estantería.
Carpe Diem, coseché el día, a pesar de las manchas viejas de agua que tenía el
libro, porque así me lo vendió Ricardo. Haciendo este texto para el blog, me
doy cuenta que le tomo cariño a las cosas, ese libro forrado con plástico a
mano se me hace cada vez más especial, solo basta abrirlo para aprovechar el
día, creo que es una de mis mejores inversiones. Hoy pensé en el blog, es
curioso, antes creía que sólo al final del día iba a pensar en él, luego escribiría
y terminaría mi ejercicio. Hoy cavilé ¿qué pensará un lector en el futuro? ¿Qué
pensarán los hombres en el futuro? ¿Será importante esto? Bueno, la reflexión
es simple, qué importa lo que los hombres piensen de nosotros en lo venidero.
No sé por qué me preocupo por algo así. No tenemos más jueces que a nosotros
mismos. Sólo basta afirmarme escribiendo. Es mi testimonio el que me rinde mi
propia virtud.
Con la esperanza de que tal vez con un verso puedas decir lo
mismo, Carpe Diem, dejo unas líneas.
“Un
niño me preguntó: ¿qué es la hierba?, Trayéndola a manos llenas,
¿Cómo
podría contestarle? Yo tampoco lo sé.
Sospecho
que es la bandera de mi carácter tejida con esperanzada tela verde
O
el pañuelo de Dios,
Una
prenda fragante dejada caer a propósito,
Con
el nombre del dueño en alguna punta, para que lo veamos y lo notemos y nos
preguntemos ¿de quién?”
Traducción de Jorge Luis Borges
miércoles, 9 de octubre de 2013
EMPEZARÉ POR LAS COSAS MÁS OBVIAS
Este blog primero que todo, espero sea un ejercicio conmigo mismo. Por otro lado atiendo a una cita de un autor universal, J. Saramago, quien motiva iniciar esta actividad con esta frase: "El blog va iluminándole el camino al autor: ésa es su virtud". Me es difícil comenzar esta actividad. Sólo espero no desfallecer. Lo más difícil es publicar el compromiso. Espero se haga presente cada vez que sea necesario. Espero aparezca perseverante cuando esté en ese aprieto de no poder, o no saber, u otro er, que infausto que me lo impida.
Creo que empezaré por las cosas más obvias. Mi país tiene varias cosas en juego. Un Proceso de Paz, un Conflicto fronterizo con Nicaragua por un Fallo de la Corte de la Haya y la clasificación al mundial de fútbol. La presente semana en todos los medios no se habla sino de un partido contra Chile. Ya sé que es un cliché criticar eso, como la banalidad del fútbol devora cosas más relevantes. Cosas a las que debemos estar más atentos para una mejor convivencia. Pero el solo argumento de que es un forma de escape en masa, me engaña por momentos y la ilusión de que pueda llegar a ser un gramo de consuelo, me la creo y me la gozo. Es bueno hablar con alguien que genere discrepancias tan fútiles. Hablar de fútbol lo veo sano (aunque si da miedo ir al estadio). Sería muy cruel afirmar que el interés del hombre de a pie, el ciudadano común o el del obrero atareado, se centre en otra cosa que no sea el partido de Chile el viernes. Pero existen otras circunstancias de interés nacional, una es que el Presidente Juan Manuel Santos ha declarado inaplicable el Fallo de la Corte de la Haya, al respecto, las voces de diferentes sectores se unen a la estoica posición presidencial, sin embargo, ante el hermetismo del Proceso de Paz hay muchas críticas. Podría pensarse que es más fácil aglutinar las voces políticas entorno a la guerra, que a un escenario de paz. Es claro que sólo es bajo la entrega de armas de un solo actor, pero sin duda es el más importante, por historia y por su empatía con otros Estados, Cuba y Venezuela. Por ahora continuamos segundos en la tabla de clasificación al mundial de fútbol, cosa que une al país no de igual manera que lo haría una guerra, y no una guerra que responda a un conflicto interno si no una fratricida con un estado hermano de nuestra América. Mi deseo es que se ponga fin al conflicto interno, en el cual nací y me crié, aunque el flagelo de su violencia lo haya padecido con menor sufrimiento que el de otros compatriotas. Por los atisbos propios de otras guerras, espero que los compatriotas de San Andrés y Providencia, los directamente afectados, puedan recuperar el territorio que nos fue arrebatado en el arbitrio de una Corte que alteró la calma en el Caribe. Por otro lado no creo en la Paz, la verdadera, el conflicto en Colombia muta más rápido de lo que lo percibimos. El narcotráfico se que no se irá y el resto de problemas típicos y coyunturales de una nación, las seguiremos padeciendo. Cada convulsión de iniquidad, de los múltiples actores que orquestan con los múltiples factores seguirá. Sólo espero como un colombiano más, del proceso de paz: No salir engañado, Percibir una mejor convivencia, Perder el escepticismo a cerca de nuestros dirigentes y sepultar la visión funesta que comparto en la calle con la gente del país que estamos dejando a la próxima generación.
Creo que empezaré por las cosas más obvias. Mi país tiene varias cosas en juego. Un Proceso de Paz, un Conflicto fronterizo con Nicaragua por un Fallo de la Corte de la Haya y la clasificación al mundial de fútbol. La presente semana en todos los medios no se habla sino de un partido contra Chile. Ya sé que es un cliché criticar eso, como la banalidad del fútbol devora cosas más relevantes. Cosas a las que debemos estar más atentos para una mejor convivencia. Pero el solo argumento de que es un forma de escape en masa, me engaña por momentos y la ilusión de que pueda llegar a ser un gramo de consuelo, me la creo y me la gozo. Es bueno hablar con alguien que genere discrepancias tan fútiles. Hablar de fútbol lo veo sano (aunque si da miedo ir al estadio). Sería muy cruel afirmar que el interés del hombre de a pie, el ciudadano común o el del obrero atareado, se centre en otra cosa que no sea el partido de Chile el viernes. Pero existen otras circunstancias de interés nacional, una es que el Presidente Juan Manuel Santos ha declarado inaplicable el Fallo de la Corte de la Haya, al respecto, las voces de diferentes sectores se unen a la estoica posición presidencial, sin embargo, ante el hermetismo del Proceso de Paz hay muchas críticas. Podría pensarse que es más fácil aglutinar las voces políticas entorno a la guerra, que a un escenario de paz. Es claro que sólo es bajo la entrega de armas de un solo actor, pero sin duda es el más importante, por historia y por su empatía con otros Estados, Cuba y Venezuela. Por ahora continuamos segundos en la tabla de clasificación al mundial de fútbol, cosa que une al país no de igual manera que lo haría una guerra, y no una guerra que responda a un conflicto interno si no una fratricida con un estado hermano de nuestra América. Mi deseo es que se ponga fin al conflicto interno, en el cual nací y me crié, aunque el flagelo de su violencia lo haya padecido con menor sufrimiento que el de otros compatriotas. Por los atisbos propios de otras guerras, espero que los compatriotas de San Andrés y Providencia, los directamente afectados, puedan recuperar el territorio que nos fue arrebatado en el arbitrio de una Corte que alteró la calma en el Caribe. Por otro lado no creo en la Paz, la verdadera, el conflicto en Colombia muta más rápido de lo que lo percibimos. El narcotráfico se que no se irá y el resto de problemas típicos y coyunturales de una nación, las seguiremos padeciendo. Cada convulsión de iniquidad, de los múltiples actores que orquestan con los múltiples factores seguirá. Sólo espero como un colombiano más, del proceso de paz: No salir engañado, Percibir una mejor convivencia, Perder el escepticismo a cerca de nuestros dirigentes y sepultar la visión funesta que comparto en la calle con la gente del país que estamos dejando a la próxima generación.
¿POR QUÉ ESCRIBO?
Existen
actividades que hacen que pierdas el significado del espacio. Acciones donde el
tiempo se desvanece en el disfrute. Crear, para mí es un estado superior. Soy lector
por afición y la lectura me invitó a escribir. Siento igual cariño por el
ajedrez y la cocina. Un lector que supo encontrar a otro en los textos y
escribe para encontrarse consigo mismo. Un lector que descubrió el poder de la
palabra. Algo que todos conocen, pero son inconscientes de ello. La
magnificencia de la humanidad se aprecia en la palabra. Las decisiones que
tomamos se hacen por la fuerza de la palabra, así sea la nuestra. Esto tal vez
muchos lo sepan, pero en observancia con mi afecto, lo escribo.
Sé
que el ejercicio más humano es comunicarnos, pero escribir me hace Dios. Soy
omnisciente, omnipotente, omnipresente. En ese pedazo de papel, entre grafos
entretejidos, soy el creador. He creado mi mundo, mis personajes, mi entrono. Y
lo más sorprendente es que una vez escrito lo puedo compartir. Esto tampoco es
una idea original, pero escribirlo me hace más consiente. La urdimbre de mi
pensamiento hila mejor las palabras cuanto más leo, cuanto más escribo. Escribir,
es el ejercicio donde condensas gota a gota tus verdades. Un ejercicio que te
ayuda a entender mejor tu vida. La oportunidad de escribir nos enfrenta con nuestro
interior. No es como otras acciones, que
son un escape emocional, escribir te da valor existencial.
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